Volvo se ha consolidado como uno de los fabricantes premium con mayor potencial de desarrollo tecnológico. Prueba de ello, es su contrastada experiencia en materia de tracción integral. Una solución que la firma nórdica comenzó a utilizar en su gama de berlinas y station wagon hace 20 años. Para celebrar estas dos décadas de innovación, la marca reunía en los lagos helados que rodean la estación de esquí de Åre, al norte de Suecia para mostrar las soluciones de tracción integral —tanto su acreditada tracción mecánica como la nueva tracción eléctrica— que han situado a los a los XC90, V40 Cross Country y V90 Cross Country en toda una referencia en sus respectivos segmentos.

La reciente introducción de la tracción eléctrica a las cuatro ruedas en los vehículos de alta gama, es una clara muestra del potencial tecnológico de la marca. Un desarrollo de modelos que ha venido acompañado de las nuevas propuestas de propulsión híbrida de Volvo, en la que combina a la perfección motores de combustión y eléctricos, que a su vez propulsan los diferentes ejes del vehículo.

Tracción "eléctrica"

Este proceso de electrificación va a dar una flexibilidad aún mayor a la tracción a las cuatro ruedas (AWD). Un claro ejemplo es el XC90 T8 Twin Engine, equipado en el eje trasero con un motor eléctrico que acciona las ruedas traseras. Unos avances en materia de tracción a las cuatro ruedas que suponen además una mejora de la maniobrabilidad, la estabilidad y la tracción manteniendo al mismo tiempo una experiencia de conducción agradable, ágil y segura, con un menor consumo de combustible.

La evolución técnica de la tracción integral ha dado lugar a una continua reducción del peso de los sistemas mecánicos y a una clara mejora de la eficiencia. A partir de la introducción de la eficiente tecnología Active On Demand, las cuatro ruedas están siempre acopladas para que el par se distribuya instantáneamente a las ruedas traseras en el momento necesario. El par real aplicado está controlado para ofrecer continuamente la maniobrabilidad, estabilidad y tracción adecuadas en cualquier momento. El actual sistema de tracción mecánica a las cuatro ruedas de Volvo Cars tiene un diseño modular y se utiliza en todos los modelos de la marca.

Asimismo, con esta apuesta, Volvo considera la tracción a las cuatro ruedas como una prestación tan importante para la seguridad del vehículo como la dinámica. Para ello, su trabajo se basa en el objetivo de ofrecer una solución flexible de tracción integral que se adapte de forma rápida y automática a las distintas situaciones y condiciones meteorológicas del mundo real.

Tradición 4x4

El primer vehículo Volvo con tracción a las cuatro ruedas fabricado en serie fue el Volvo 850 station wagon presentado en mayo de 1996; llevaba un motor turboalimentado de 2.5 5T que desarrollaba una potencia de 193 cv y un cambio manual de cinco velocidades.

En la actualidad, la gama Volvo cuenta con versiones equipadas con sistemas de tracción total mecánica o electrónica en las gamas Cross Country de los V40, V60 y V90, en la berlina S90 y en su catálogo de SUV compuesto por los XC90 y XC60. Las versiones AWD suponen más del 50 % de los nuevos pedidos de vehículos de la serie 90 recibidos por el fabricante sueco, y más del 40 % para toda la gama de modelos de Volvo Cars.