En verano llegó el S90, un sofisticado y lujoso tres volúmenes de 4,96 metros de longitud con el que Volvo aspira a recuperar prestigio y cuota en la categoría de los grandes sedanes de lujo y representación. Entre sus rasgos de identidad figuran una estética exterior muy estilizada, elegante y novedosa -casi futurista- con el clásico aire minimalista del diseño escandinavo, un interior moderno y con un marcado aire tecnológico, y las habituales credenciales de la marca en materia de seguridad.

El S90, nuevo buque insignia del fabricante nórdico, promete dinamismo, rendimiento y control pero en exquisito equilibrio con unos niveles de confort, refinamiento y cuidado por los detalles solo a la altura de los constructores más reconocidos.

Se ofrecerá con cuatro trenes de potencia asociados a una caja automática de 8 relaciones: dos diésel (D4 y D5 de 190 y 235 cv), un gasolina (T6 AWD de 320 cv) y una variante híbrida enchufable de tracción integral (T8 Twin Engine de 407 cv) con una autonomía eléctrica de unos 45 km.

El S90 introduce también una nueva función mundial para su sistema City Safety, la detección de grandes animales. Este dispositivo es capaz de detectar los animales de mayor tamaño, como venados o caballos, tanto de noche como de día. La tecnología ofrece una advertencia intuitiva y un freno asistido para evitar una posible colisión. Asimismo, está equipado con una función de unidad semiautónoma avanzada, Pilot Assist. El sistema da suaves correcciones en la dirección para mantener el coche alineado dentro de las marcas de la autopista hasta velocidades de unos 130 km/h, sin necesidad de seguir al coche que circula delante.

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