Recientemente diferentes medios nacionales se han hecho eco de ciertas informaciones que hablan de una supuesta escasez de litio a causa del aumento en las ventas de los vehículos híbridos y eléctricos, lo que está llevando a su vez a un encarecimiento de la materia prima con la que se fabrican dichas baterías. Pero la realidad es mucho más simple y bastante menos alarmante.

Lo primero que conviene saber es que el litio es uno de los elementos de la tabla periódica que más abunda en el mundo. No hace falta irse muy lejos para encontrar una de las minas más importantes que existen con abundancia de dicho elemento químico, ya que en Salamanca tenemos una. Pero no todo el litio es idóneo para la fabricación de baterías. Debido a sus particularidades, el procesado del litio para que sea perfecto para la fabricación de baterías es muy caro, lo que hace que el que se encuentra en las grandes extensiones salinas de los Andes -Bolivia, Chile y Argentina- sea ideal para crear pilas tanto para móviles como para vehículos eléctricos ya que su procesado es más barato.

El encarecimiento que en la actualidad está sufriendo ese componente fundamental -por ahora- para la fabricación de baterías no se produce en realidad por la escasez, sino por algo tan básico como la ley de la oferta y la demanda. Hoy en día la demanda de litio para fabricar baterías es mucho mayor que la oferta, prácticamente reducida -de forma rentable- a esa zona de sudamérica, donde la extracción casi artesanal -salvo en zonas de Chile- hace que estemos ante una oferta muy reducida. Podemos pues respirar tranquilos: queda litio para rato.