¿Quién escoge a los modelos que desfilan? ¿En qué se basa? ¿Existe un único perfil válido? ¿Quién coordina el desfile? La figura del director de casting, que permanece oculta entre las bambalinas, es el motor del desfile.

Al igual que de la obra de un pintor solo se ve el cuadro final, en los desfiles, son los modelos los encargados de lucir sobre la pasarela los estilismos de los diseñadores, pero es el director de casting, quien, como un director de orquesta, se encarga de coordinar cada detalle en búsqueda del registro que mejor encaje con cada diseñador.

Y de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, la batuta, la lleva Esther García Capdevila, encargada del casting de la pasarela madrileña desde su primera edición, hace más de treinta años. Por las manos de Esther han pasado modelos de la talla de Linda Evangelista y Claudia Schiffer, entre otras.

García fundó en 1997 ESMA Events junto a Marisol Carrión, una empresa de eventos dedicada a la producción de desfiles de forma integral, donde ejerce la profesión de directora de casting y encargada de producción desde hace más de veinte años.

Debe haber "psicología"

"Un director de casting debe tener psicología para entender lo que busca el diseñador con su colección, y saber seleccionar qué tipo de hombre o mujer puede encajar con su presentación", ha explicado este sábado a Efe García, quien asegura que esta profesión exige "estar constantemente al día", no entiende de descansos.

En el caso de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, el casting "muy extenso", formado por "casi cien hombres y mujeres con más de veintitrés nacionalidades diferentes", y con un promedio de seis o siete desfiles cada uno.

"Para esta pasarela en la que participan tantos diseñadores, se necesita un elenco muy diverso de perfiles para poder acertar", ha explicado García sobre los modelos, que vienen de diferentes partes del mundo, por lo que el trabajo de selección se realiza "con muchos meses de antelación, mediante reuniones personales con cada diseñador.

"El mayor reto es poder conseguir que los modelos vengan a España, ya que los castings coinciden con la semana de la moda de Nueva York, así que es fácil que en el último momento haya cambios de última hora, y perfiles que haya que sustituir".

Y la pregunta del millón, ¿qué debe tener un modelo para desfilar? "Hay que tener habilidades caminando, una estructura corpórea y sobretodo, hay que tener 'ángel': para mí es importantísimo que una modelo transmita sobre la pasarela, me da igual si es más andrógina o con una belleza más tradicional".

Desde los años noventa, donde el perfil era la "belleza tradicional", es decir, "lo que la mayor parte del mundo entiende por belleza", hasta la androginia de los años dosmil, para desembocar en la actualidad, donde existe una variedad mayor: "ahora, todo vale, pero no para mí, yo soy muy exigente".

"Yo considero que es mucho más importante lo que transmitan sobre la pasarela con en cada detalle; desde su mirada, la forma de su cara o su nariz, o la forma de moverse".

El paradigma ha cambiado

La catalana, después de un largo recorrido es consciente de que el paradigma ha cambiado: "ahora, estamos una época en la que las modelos no son mundialmente conocidas como en la época dorada de las modelos", ha detallado.

Tras más de treinta años en el oficio y siendo un referente, García tiene muy claro cuál es el tándem del éxito: "mucho trabajo e ilusión, soy muy exigente conmigo misma, y mientras tenga la ilusión por superarme cada día, podré seguir complaciendo a los diseñadores que confían en mi", ha reflexionado.

"Cada noche al llegar a casa enciendo mi iPad y busco modelos, maquillajes o escenografías, mi vida está completamente volcada en este trabajo".

Es precisamente en una de estas búsquedas, en las que Esther García dio con Blanca Padilla, brindándole la oportunidad de participar en sus desfiles, para hacerse con el premio L'Oreal, que impulsaría la carrera profesional de la modelo en Nueva York.

Un oficio en el que la barrera con el estilo de vida es difusa, y que se encarga de poner armonía, y rostros, a la moda española durante las largas jornadas de desfiles.