La princesa Eugenia, nieta de Isabel II de Inglaterra, se ha casado este viernes con Jack Brooksbank en el Castillo de Windsor. Una ceremonia criticada por su elevado coste pero que, pese a los numerosos invitados famosos, no ha logrado la magia de las anteriores bodas reales.

Eugenia de York estaba radiante con un majestuoso vestido blanco de larga cola firmado por dos diseñadores: Peter Pilotto y Christopher De Vos. El traje, de estilo casi medieval, tenía escote por delante y por atrás, un detalle especialmente solicitado por la novia para mostrar la marca que tiene en la espalda de la cirugía a la que fue sometida cuando tenía 12 años para corregir su escoliosis.

El vestido blanco llevaba grabados diversos símbolos, como un cardo (flor nacional de Escocia y en referencia al cariño de la pareja por las tierras escocesas), un trébol (emblema de Irlanda, en honor a la familia de su madre) y una rosa, símbolo de Inglaterra.

La princesa Eugenia acompañó al vestido con unos pendientes de diamantes y esmeraldas, regalo del novio, y una tiara de Greville Kokoshnik que también lucía dichas piedras preciosas y que fue cedida especialmente para la boda por su abuela. La novia ha decidido seguir la tradición real de llevar mirto en el ramo, pero ha prescindido del velo, algo novedoso en las bodas reales.

Meghan Markle y Kate Middleton han sido otras de las protagonistas de la boda pese a que han entrado muy rápido en la iglesia para no robarle protagonismo a la novia. Las dos iban muy acertadas: la duquesa de Sussex con un abrigo azul de Givenchy y la duquesa de Cambridge con un vestido de color frambuesa firmado por Alexander McQueen. La elección de Kate en esta boda ha sido más acertada que en el caso de la boda de sus cuñados, en la que lució un vestido color crema.

La madre de la novia, Sarah Ferguson, llevaba un vestido de Emma Louise verde y un original sombrero. Como detalle especial, ha lucido el clutch de Manolo Blahnik que llevó su madre en su boda. Beatriz de York, dama de honor y hermana de Eugenia, ha aparecido más comedida que de costumbre con un vestido y turbante de color azul Klein.

Los niños de arras, muy discretos de blanco, iban vestidos por la española Amaia Arrieta y con un fajín estampado por el artista Mark Bradford.