Los meses donde las temperaturas tocan sus extremos hacen que la piel sufra consecuencias. En verano surgen manchas, acné y principios de deshidratación; en invierno, según Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), se agrava la dermatitis atópica.

Asimismo, las quemaduras son habituales tras largas horas de exposición al sol, en concreto, en torno al 15 por ciento de la población se quema cada verano, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Ante todo, hay que 'mimar' la piel, creando una rutina que la hidrate tanto por dentro como por fuera y logre reparar los daños a los que está expuesta diariamente.

Sin embargo, tras esta época toca recuperar la piel. Por ello, la directora del Centro Médico Rusiñol, Maria Ángeles López Marín, ha aconsejado el uso diferentes tipos de tratamientos según el problema que se presente:

  • Ante la aparición de manchas, la especialista aconseja recurrir al láser, ya que se eliminan los cúmulos de melanina que origina la mancha sin dañar la piel.
  • En el caso de quemaduras o piel reseca es recomendable hacer un 'peeling' ya que de esta forma se consigue la regeneración natural de la piel, eliminando las arrugas superficiales y atenuando las más profundas.

Invierno, preparar la piel

  • Para las arrugas de expresión el 'botox' es un buen aliado, ya que el músculo contraído se 'relaja'.
  • Las arrugas profundas se pueden tratar con ácido hialurónico, porque este aporta hidratación y recupera los volúmenes perdidos por la edad y el proceso de envejecimiento.
  • Ante la flacidez, los hilos tensores de polidioxanona o 'PDO' aportan firmeza a la unión de la piel con la musculatura, corrigiendo la flacidez y falta de definición del rostro.
  • Para darle vitalidad a nuestra piel hay que añadirle vitaminas y aminoácidos, así como algún tratamiento que sea rico en plaquetas.