La edición estadounidense de la revista de moda presenta en su última portada, la de marzo, a siete grandes y reputadas modelos con perfiles muy diferentes con la que la publicación pretendía defender la diversidad.

"En un clima de vetos migratorios y construcción de muros los nombres más relevantes de 2017 demuestran que no hay un prototipo de mujer americana y que no lo ha habido nunca", explicaban en su página web.

Sin embargo ´Vogue´ no ha conseguido el efecto esperado con esta imagen y las críticas le han llovido en especial en las redes sociales, donde se comenta que prácticamente todas las modelos parecen iguales "al estar retocada su imagen".

Además, muchas personas se han hecho eco de un pequeño detalle que no ha pasado desapercibido. Ashley Graham, modelo de tallas grandes, es la única que no abraza a sus compañeras y posa su mano en su muslo. Algo que se está interpretando como que fue obligada a taparse un poco más que las demás por contar con más kilos.

Ashley ya ha asegurado en Instagram que fue ella quien eligió posar así para zanjar la polémica.