Las piezas masculinas se hicieron indispensables en la pasarela de París, donde Céline, Masha Ma y John Galliano exploraron la sensualidad con transparencias y looks lenceros, sin caer en la vulgaridad, mientras Kenzo trató de conquistar a las aventureras.

Humberto Leon y Carol Lim, los diseñadores de Kenzo, eligieron para dar a conocer su propuesta una gran nave industrial donde nada más abrirse el telón las modelos aparecieron sobre plataformas móviles mostrando de un solo golpe toda la colección.

Las modelos caminaron en todas direcciones para que los invitados no perdieran detalle de las prendas ya que, en esta colección, los estampados fueron una de las claves.

Con un bañador siempre a mano, la mujer de Kenzo está preparada para viajar en cualquier momento, por lo que lleva prendas fáciles de poner y quitar, con sencillos vestidos de corte asimétrico, chaquetas que hacen de vestidos (muy minis) y pantalones anchos: la comodidad es tan importante como el diseño.

En los accesorios, Kenzo propuso un impactante modelo de sandalia que sube hasta por encima de la rodilla, como si fueran botas mosqueteras, efecto charol en negro, blanco o mostaza, y bolsitos de distintas formas que se llevan como riñonera.

"Es una colección para una mujer que está todo el tiempo en marcha y colecciona aventuras", explicó la diseñadora Carol Lim tras el desfile.

"Hemos trabajado en esta colección durante mucho tiempo y queríamos que fuera brillante. Nos emocionaba el hecho de hablar sobre viajes, sobre experiencias y descubrimientos, estamos muy contentos", agregó.

Leon, por su parte, destacó que querían "reflejar esa necesidad de adaptarse" que tiene la gente cuando viaja, "de asimilar un ambiente distinto al propio, ya sea por un período corto o largo de tiempo".

Movimiento y destrucción por parte de la creadora china Masha Ma, en su línea futurista, que presentó una colección primavera-verano en gamas de negro para una mujer rebelde, sincera pero chic al mismo tiempo.

Estilos galácticos en organza, crepé de seda y cuero, aunque también hubo encaje y tops completamente transparentes.

Dos modelos masculinos desfilaron entre las modelos en una apuesta por las creaciones unisex y looks andróginos.

Lencería para la calle en el desfile de Céline, vestidos por encima de la rodilla y tops con encajes se combinan con prendas muy masculinas para marcar el contraste y evitar el desafortunado look pijama.

Los abrigos de estilo militar se convierten en vestidos en una colección donde predominó el binomio blanco y negro con toques de verde militar.

La diseñadora de Céline, Phoebe Philo, buscó como siempre el pragmatismo con prendas amplias, de formas curvilíneas en pantalones, chaquetas y blusas, que también se llevarán con estampados de cuadros muy británicos.

También con el blanco y negro como colores dominantes la firma John Galliano puso sobre la pasarela un sinfín de transparencias en diseños que mezclan encaje, volantes, "pailletes", y estampados de puntos.

Bill Gaytten, que sustituyó a Galliano tras el escándalo de 2011, cuando el diseñador gibraltareño apareció ebrio mostrando una actitud antisemita, quiso mostrar un estilo muy británico y con aires de estrellas del rock underground. Hasta la música fue una versión moderna del mítico "Twist and Shout" de los Beatles.

Vestidos ultravaporosos con la espalda descubierta, trajes de chaqueta con faldas tableadas que se superponen al pantalón y varios conjuntos de chaqueta pantalón con aire deportivo en colores lisos o con cuadros en tonos beige desfilaron por la pasarela.

La sensualidad de las transparencias se combina con zapatos masculinos estilo oxford, con aperturas, siempre en negro, y con antiguos cascos militares con crestas y colas de pelo de caballo.