Las víctimas de la pirotecnia son innumerables y aunque solamente me ciñese a los hechos sucedidos estas Navidades pasadas, no tendría espacio para describir cada caso, para enumerar todos los seres que han sufrido o fallecido, ni palabras para describir lo que se siente cuando ves que los organismos oficiales que están para protegernos permiten que se genere un daño gravísimo y a tan gran escala. Es absolutamente incomprensible que, con la cantidad de gente que está en contra de la pirotecnia, tengamos que seguir aguantando el descontrol absoluto tanto legal como policial en este sentido, unido a la gran irresponsabilidad de las personas que la utilizan. Además, existe un importante vacío legal, en el sentido de que en la mayor parte de las ordenanzas municipales se prohíbe explosionar artefactos pirotécnicos en la vía pública y sin embargo, no se prohíbe su venta.

Sólo estas Navidades han muerto muchísimos animales (perros, gatos, pájaros etc.). Los incendios superan la decena con los consecuentes daños y riesgo, las lesiones por parte de los que los utilizan igual. Ya estamos acostumbrados a ver durante estas fechas animales perdidos o lo que ya por desgracia es habitual para los que compartimos nuestra vida con ellos, los que presas del terror sufren un ataque tras otro de pánico durante las fiestas sin parar, algunos llegando a morir de infartos y los demás como mínimo quedando completamente traumatizados. Las colonias de gatos son quizás unos de los que más lo sufren junto con los pájaros, provocando daños en estos animales muy graves, aprovechando la impunidad de la que gozan, a pesar de herir a los demás. También son víctimas las personas con determinadas enfermedades físicas o psicológicas que sufren fuertes crisis o simplemente a las que no nos gusta asustarnos ni exponernos a un peligro de forma obligada e involuntaria. Sin embargo, todo esto no parece ser suficiente como para que se tomen medidas de carácter urgente por parte de los organismos competentes en este sentido, para modificar la Ley actual y poder parar esta locura de violencia generalizada y permitida hacia los demás.