¿Piensas que alguien maltrata a un animal? ¿Crees que corre peligro? Si es así puede que su vida dependa de ti. Estos son los cinco pasos que debes seguir:

1.- INFORMACIÓN. Asegúrate bien. Denunciar es un acto de responsabilidad. Observa al perro o al gato. A menudo, son los propios animales los que nos dicen si están siendo maltratados ¿Cómo? Por ejemplo, con su aspecto. Si están sucios con nudos y parásitos, si poseen heridas abiertas o zonas sin pelo, si caminan con miedo o muestran alguna cojera, si los ves desconfiados o apagados y tristes, o si lo oyes a menudo gritar, es muy probable que, o no estén siendo bien cuidados, o estén siendo maltratados.

2.- PRUEBAS. Consigue todos los datos que puedas sobre el animal y el autor del maltrato. Saber la dirección exacta en la que se producen los hechos facilita mucho las cosas. También es importante recoger todas las pruebas que estén a tu alcance sin jugártela. Por ejemplo, haz fotos y videos. Todo ese material será de gran utilidad a las autoridades a la hora de realizar la investigación.

3.- DENUNCIA. No lo dudes, si tienes la certeza de que se están produciendo un maltrato, denúncialo. Desgraciadamente, para algunas personas los animales maltratados son invisibles pero, afortunadamente, para otras no. Por eso, es esencial que actives el mecanismo de ayuda ¿Cómo hacerlo? Puedes acudir a una asociación para que te arrope en la denuncia o, directamente, dirigirte a la policía o guardia civil. No tengas miedo. Explícales todo lo que sepas al respecto y no calles nada por absurdo que te parezca.

4.- SEGUIMIENTO. Cada cierto tiempo pregunta por la denuncia. Eso te permitirá saber la evolución de la misma y poder ayudar si fuera necesario.

5.- SOLUCIÓN. También puedes ser parte del final de la denuncia. Si el animal es retirado será depositado en un albergue o centro oficial pero, si tú lo solicitas formalmente, es posible que, con permiso de las autoridades, puedan dejártelo en depósito mientras se resuelve todo. Piénsalo. No hay final mejor para un animal maltratado que vivir junto a aquella persona que, haciendo posible su rescate, le salvó la vida.