¿Tú crees en el destino? Le pregunté a un perro y él me respondió: yo creo en las razas. Y es que en el caso de los perros, la raza en la mayor parte de las ocasiones, es lo que determina su destino.

Su vida y su futuro están totalmente determinados por la raza a la que pertenecen. De manera que si es una de las consideradas de caza, existirá una alta probabilidad de que su vida esté condicionada por tal aspecto. Y la triste vida de estos perros, suele ser vivir hacinados en jaulas, sin conocer lo que es el cariño ni unos cuidados básicos adecuados. Por lo que el destino de la mayor parte de los perros de razas utilizadas para asesinar cazando a otros animales, es la explotación que en muchas ocasiones además, termina en abandono o asesinato de las formas más crueles.

En el caso de las razas (mal) consideradas PPP, su destino puede ser terminar en las peores manos y que los utilicen tanto para peleas de perros como para la cría ilegal.

Si hablamos de razas comercializadas por altas cantidades de dinero, muchos de ellos serán utilizados para criar de manera clandestina y una vez más, explotados y viviendo en condiciones de insalubridad, en pequeñas jaulas y criando sin parar.

Éstos son solo algunos de los ejemplos, de cómo en el caso de los perros, desgraciadamente su vida y su final, vienen determinados por lo que el ser humano decide para ellos, en función de lo que a él le puede interesar.

Al igual que los perros sin raza, que son más difíciles de adoptar, porque no cumplen los criterios superficiales de la gente que entiende tener un animal como un capricho más.

Hasta que el ser humano no se dé cuenta, de que la raza sólo importa a la hora de tener en cuenta sus necesidades, seguiremos viendo nacer y morir perros, cuya vida estará determinada de principio a fin, por la forma que tiene su cuerpo, en lugar de por su derecho a vivir y a ser feliz. La raza jamás debería suponer una vida llena de sufrimiento para ningún animal.