En este artículo vamos a explicar la interpretación a nivel psicológico que tiene el hecho de pensar que los gatos negros dan mala suerte. Para ello, debemos entender que cuando una persona piensa que lo que ocurre en su vida depende de factores externos y no de su propio comportamiento, este fenómeno psicológico se llama atribución externa de la responsabilidad. Este concepto se refiere a que nosotros somos los responsables de las cosas que conseguimos o no en nuestra vida, sin embargo si pensamos lo contrario creemos que somos sujetos sin ningún tipo de poder y capacidad sobre lo que ocurre en nuestra vida. Por el contrario, si pensamos que lo que ocurre a nuestro alrededor es consecuencia de lo que nosotros hacemos, es decir, de nuestra conducta, hablaremos del término atribución interna de la responsabilidad. Cuando una persona cree que lo que le ocurre depende del factor llamado suerte, en psicología hablaríamos de un pensamiento irracional, puesto que las supersticiones no son más que formas de pensar erróneas que nada tienen de objetivas, ya que no se basan en la realidad. Creer que tu vida va a ser mejor o peor o que te sucederá algo malo por el hecho de ver un gato de color negro, a nivel psicológico es algo tóxico e incoherente. Lo sano sería ser conscientes de que la mayor parte de las cosas que nos suceden en la vida correlacionan con nuestra forma de pensar, sentir y actuar y lo que no es así depende del azar, pero nunca de que un ser u objeto externo tengan la capacidad de modificar lo que nos va a ocurrir. A este mecanismo tóxico psicológico le sumamos las graves consecuencias que esto supone para dichos animales y que nada tienen que ver con lo que ocurre en nuestras vidas. Salvo en el momento en el que les adoptamos y las convierten en maravillosas, porque si tienen alguna posibilidad de alterarlas, siempre va a ser para bien cuando les permitimos formar parte de ellas. Por ello, la verdadera suerte es tener un gato negro.

*psicóloga