Creo conveniente aclarar el verdadero significado del término adopción. La adopción de un animal es una acción solidaria y altruista, un comportamiento que se lleva acabo con el objetivo de ayudar a un animal que lo necesita. El término adopción no es compatible con un acto egoísta o caprichoso como el que llevan a cabo algunas personas como manera de no pagar por un animal o mantener limpia su conciencia, disfrazando un acto meramente superficial en algo teóricamente solidario. Desgraciadamente, es frecuente encontrar a adoptantes que te llaman porque quieren un animal y realizan esa gestión como si de un catálogo de juguetes se tratase. Quieren elegir color, edad, sexo, tamaño, carácter... Por un lado, se piensan que los que gestionamos adopciones porque rescatamos animales, tenemos una máquina para fabricarlos a su gusto. Y por otro lado, un adoptante que pide ese tipo de características lo que nos está indicando es que su prioridad no es ayudar al animal, sino satisfacer unos gustos basados en criterios superficiales a la hora de compartir tu vida con un animal. Estos comportamientos además, tienen consecuencias importantes y muy negativas para aquellos animales que no se ajustan al perfil más llamativo estéticamente. Es decir, esto convierte a los animales que pasan del año de edad o que son de color negro por ejemplo, en inadoptables o muy difíciles de adoptar.

¿Qué es lo que mueve realmente a una persona que elige a su compañero de vida por unas cualidades tan sumamente insignificantes y desde la irresponsabilidad? Supongo que no se dan cuenta que si realmente lo que queremos es ayudar, nos fijaremos en el animal que más lo necesite y no en el que tenga algún aspecto físico determinado, porque a nosotros nos parezca más o menos bonito. Este tipo de personas, que eligen así a su animal, lo hacen a través de sus ojos en lugar de hacerlo desde la conciencia y el corazón. Su prioridad no es ayudar al otro, sino satisfacer su propio capricho, eligiendo entre un catálogo de almas que esperan tener su oportunidad y dejando a los que más lo necesitan sufriendo, sin pensar en las consecuencias de sus actos.