CON LA SALUD NO SE JUEGA. La subida del IVA que, en plena crisis, aplicó el gobierno a los servicios veterinarios es una injusticia que, cuanto antes, debería ser reparada. Por un lado, el encarecimiento de los tratamientos obligatorios para salud de los animales ha llevado a que muchos propietarios no hagan frente a los mismos, lo que puede llegar,incluso, a afectar a la salud de las personas que conviven con ellos. Y, por otro, es una falta de sensibilidad hacia la vida y la salud de los animales que, en la práctica, se equipara a un objeto de lujo. Rectificar es de sabios y, cuanto antes se haga, mucho mejor para todos.