Pablo Alborán es por cuarto año el artista que más discos vende en España. Podría pensarse que ni siente ni conoce la crisis, pero en una charla con Efe en medio del éxito de "Terral", su tercer disco, que incluye temas más sociales, apuesta por unos vientos de cambio frente al "desequilibrio tan grande".

PREGUNTA: ¿No sientes vértigo, aunque sea el de las expectativas ajenas?

RESPUESTA: Yo me centro en hacer música. Soy un enfermo de la composición, del estudio, de las giras... Soy hiperactivo y busco continuamente la manera de aprender. No pienso en la respuesta cuando estoy trabajando, al menos hasta que ofrezco el proyecto; entonces sí espero que vaya bien, pero competir constantemente es muy cansado. La música para mí no es competir, es compartir.

P: ¿Nunca has sufrido un ataque de pánico escénico, como los de Joaquín Sabina y Pastora Soler?

R: Pánico escénico no, sí la ansiedad de cualquier ser humano con un ritmo de trabajo frenético, pero no es algo que me paralice por ahora.

P: ¿Además del más vendido, es "Terral" el mejor disco del año?

R: No sé si es el mejor, pero se ha hecho con mucho amor, con la mano en el pecho, pasando trece horas diarias en el estudio, igual que la gira.

P: ¿Cómo van los preparativos de ese tour?

(Su nueva gira arranca el 28 de febrero en Bogotá y pasará por medio docena de países más Latinoamérica antes de recalar el 15 de mayo en España, con un primer "show" en San Sebastián)

R: Soy muy exigente conmigo mismo y me intento superar a mí mismo. El año pasado ya intentamos innovar. La gente se piensa que estoy todo el tiempo con mi guitarrita en un rollo romántico y no es así. En esta gira habrá de todo. Es emocionante en todos los sentidos, tanto en la parte romántica como en la rítmica.

P: Este año actuarás en solitario por primera vez y hasta en tres ocasiones en la plaza de toros Las Ventas, ¿es un espacio más?

R: No, no es un espacio más, es simbólico. Cuando yo pasaba por allí, me preguntaba si algún día actuaría en Las Ventas. Y encima llenamos el primer día, un segundo y ahora vamos a por el tercero. Imagínate. Llevo noches intentando entender qué está pasando y dando gracias por las esquinas.

P: ¿Es pronto para pensar en un concierto en el estadio Vicente Calderón?

R: No pienso en eso. Me centro en lo que tengo, que ahora es esta gira. No puedo pensar en el recinto que voy a llenar, porque entonces descuidaré la parte más importante, la musical. Pero ojalá suceda algún día.

P: ¿Hay algún objetivo que se te resista?

R: Todos los objetivos se resisten. Que los logre no significa que no hayan costado. Esta profesión es superinestable y nunca hay que bajar la guardia ni conformarse.

P: ¿No hay nada que pudiera hacerte renunciar a la música?

R: Nunca se sabe, pero no creo que nada ni nadie pudiera conseguir que renunciara a esta pasión, no tengo otra.

P: ¿Estás pendiente de las listas de ventas?

R: Hago caso cuando me lo cuentan, pero no estoy pendiente de a ver en qué número estoy. La música no es un número. Lo bueno es que haya muchos números 1 de muchos artistas, sobre todo nacionales.

P: Como público, ¿cuáles han sido los mejores discos de 2014 para ti?

R: Me gustaron muchos el de Coldplay ("Ghost stories") y el de Maroon 5 ("V"), que me ha flipado.

P: ¿El streaming, que representa ya el 75 por ciento del mercado digital y reportó el pasado año un 36 por ciento más de ingresos, es el futuro de la industria o solo un maquillaje temporal?

R: Creo que ha demostrado que hace que la gente consuma música de forma legal. Hace que la música pueda seguir creciendo.

P: ¿Y entiendes a artistas que retiran su música de Spotify, como Taylor Swift?

R: Sus razones tendrán. Yo, que he nacido con internet, no lo haría. Todo lo que sea poder ofrecer música, que se expanda y que la gente la comparta... Eso es positivo siempre.

P: Además de por el terral, ¿tú apuestas por esos vientos de cambio que corren últimamente?

R: ¿Te refieres en lo político? (Precavido, se toma unos pocos segundos por primera vez en la entrevista para reflexionar la respuesta) Soy partidario de que si las cosas no funcionan, se cambien, eso por supuesto. Soy partidario de que se escuche a la gente que está mal y favorecerla. Hay que equilibrar todo lo que está sucediendo. No puede ser que haya un desequilibrio tan grande. Ojalá que la persona o equipo que venga sepa hacerlo.