La actriz Rossy de Palma sigue tan inquieta como siempre. Ahora nos desvela algunos de sus próximos proyectos, como un libro sobre la genitalidad femenina y una película. Hace una amplia parada para hablar con placer, nostalgia y mucha satisfacción de su origen asturiano; y repasa sus experiencias en el cine con Almodóvar o sus trabajos en Francia e Italia, además de sus incursiones en la lírica de la mano de Emilio Sagi.

-Últimamente visita a Asturias muy a menudo.

-Últimamente he tenido esa gran suerte. La tierra tira mucho y no siempre se puede venir.

-Sus orígenes son asturianos y da la impresión de que está poco contado, o sabido.

-No crea. A lo largo de los años lo he ido contando, pero no le debe de cuadrar a la gente porque se le debe de olvidar. Todos los veranos de mi vida los he pasado en Avilés. Mi padre es de La Carriona y mi madre del centro, de Llano Ponte. Mi padre era albañil y maestro de obras. Con el boom de la construcción se fue a Mallorca. Incluso vinieron para que mi hermano naciera asturiano, conmigo ya no. Y de ahí mi nombre. Todos los veranos veníamos a Avilés, bebía leche de vaca, iba a Salinas, comía boroña...el ADN es asturiano.

- ¿Cómo va y de qué va su libro?

-Es sobre la genitalidad femenina. Tengo que darle caña, va a medias y debo darle el estirón definitivo para publicar. Es de divulgación. Repasa y reactualiza y quiere desmitificar esta parte más oscura y denostada de la mujer. Va a llevar muchas ilustraciones aunque no enfocadas al placer y lo orgásmico.

-Ha declarado que quiere desterrar el sentido peyorativo de coño.

-Reapropiarlo, que se diga como interjección muchas veces al día y luego, cuando se usa para lo que define, es cuando se convierte en algo feo. No tengo permiso para decir el título del libro pero anticipará mucho del contenido.

- ¿Y por qué este empeño?

-Somos las mujeres las que tenemos eso y es verdad que coñazo es peyorativo, algo malo, que, por cierto, los italianos lo hacen al revés. Pero se trata no tanto de la nomenclatura como de cosas que se desconocen de la genitalidad femenina. Se hace un abuso de la sexualidad femenina en publicidad. Es un libro para hombres curiosos, pero sobre todo para mujeres. Tiene que ver con el suelo pélvico. Ahí, hay otro cerebro, una inteligencia emocional.

-Cambio de tercio, ¿la última de Almodóvar?

-A mi me encantó. La vi en pase privado. Me rechifló su poca corrección política. La obscenidad que se le crítica es una vuelta a la frescura y decir lo que le dé la gana sin tanto miramientos porque con la que está cayendo todavía hay que atar nuestra lengua. La película me pareció muy refrescante y ochentera. Yo la disfruté un montón. Esta metáfora del avión...

- ¿Y aquellos tiempos de chica Almodóvar, perjudica, beneficia?

-A estas alturas...bueno, que te sigan llamando chica es un placer porque vas cumpliendo años. Yo adoro a Pedro. No se puede profundizar en el terreno de las hipótesis, mi experiencia con él ha sido maravillosa y no sólo artísticamente.

- ¿El cine español, cómo lo ve ahora?

-No trabajo mucho en el cine español, lo hago más en el francés en italiano, aunque ahora trabajo en una de título, '3 bodas de más' con Inma Cuesta. Pero no soy de juzgar el concepto de cine español.

-Me refería a la industria del cine español.

-No somos una industria. Pero ahora con lo digital se pueden hacer más cosas. Hoy en día hay plataformas para cualquier creador que empieza.

- ¿Está politizado el mundo del cine?

-Esto que han hecho los del PP de subir el IVA es un asesinato a la cultura en toda regla, una alevosía terrorífica. Se hizo a sabiendas de que iba a ser contraproducente; es una penalización al que hace el teatro o el cine y al espectador, que se le penalice por divertirse e instruirse. Malos tiempos para la lírica, como cantaba ´Golpes bajos´, que golpes bajos hay muchos. No se pelea limpio.

- ¿La televisión es de su gusto?

-Me gusta menos; es muy falsa. Aunque si estás en un personaje en unas serie, sí me puede interesar. En teatro por ejemplo todo lo que he hecho me ha enamorado y en cine hice cosas que me han gustado más o menos, me gustan mis incursiones líricas con el ´El cantor de México´ en París con Sagi, asturiano maravilloso; ´La corte del faraón´ o 'La hija del regimiento'. Solamente el estar aquí (El Campoamor) con estos músicos y estos maestros de orquesta y estos cantantes que van a venir... me hubiera gustado instruirme y estudiar el bel canto. Mi primer amor fue la música y el baile; y sigo componiendo. Tengo un proyecto de un musical y además me apetece mucho hacer aquí mi monólogo 'Mater & Bellum'. Es sobre la maternidad en la guerra y nunca lo hice en Asturias.