La actriz Silvia Abascal se ha manifestado a lo largo de la semana lamentando la muerte de Verónica Forqué, con quien compartió muchas horas de trabajo en proyectos comunes. Ahora, unos días después de que se conociera el trágico final de la artista, Silvia ha publicado en su perfil de Instagram un texto que invita a la reflexión a todas aquellas personas que lo lean.

"Nadie ha matado a Vero. Ha sido ella. Su decisión. Necesidad de paz y descanso que vuela respetablemente por encima de nuestro dolor. Yo sí he visto su participación en el programa. No un rato ni una semana, muchas. Y con respecto a Vero, lo he hecho tapada entre cojines de tristeza y pudor; de incomprensión", empezada escribiendo la actriz.

"Resignada en el ya está grabado pero sin dejar de plantearme su exposición. No hace falta conocerla desde hace casi 30 años, ni ser un profesional médica para al verla, darse cuenta de que no estaba bien. No entendía por qué se le permitía participar ni continuar en lamentables y evidentes condiciones. Ella quería, vale. Pero ante el poder de decisión que se tiene sumergido en el desequilibrio, ¿qué poder de decisión tenemos los demás?", planteaba la intérprete a sus seguidores.

"Sin entrar ni en problemas de salud mental. No entendía por qué en ediciones anteriores, salidas o comportamientos infinitamente menos cuestionables, fueron penalizados al momento y no en esta ocasión. Tuvo que ser Vero la que dejara su participación por propia voluntad. ¿Le correspondía a ella esta decisión o a nosotros? No dejo de preguntármelo. No me convence todo lo que se ha reído y lo feliz que ha sido durante su participación. Nadie se agota de ser feliz", cuestionaba Abascal.

"A lo largo de su camino, entre muchos viajes a la India y maestros, profundizó en el yoga y la meditación. Luminosidad y espiritualidad fueron dos de sus sellos. ¿Cuál era el sentido de hacer parodia de esto? Tampoco lo entendía. Menos dándose de bruces con el que era su estado actual. He leído comentarios salvajes, despiadados, en las redes y su propio muro. He contenido las ganas de responderlos no por saludable recomendación de no entrar en ello, sino porque mi respuesta pudiera sumar en ella más dolor", aseguraba Silvia.

"Mientras los leía pensaba en cómo estaría gestionando toda esa virtual lapidación. No me atreví a volver a escribirla, desde hacía un tiempo no contestaba a mis mensajes. Me duele en lo más profundo la idea de que se haya ido pensando, sintiendo...que habiendo sido una de las actrices más queridas, había pasado radicalmente a estar en el lado contrario. El foco no está en las caras visibles de un programa; compañeros y presentadores. Si no en los invisibles; las cabezas pensantes que lo crean y las que lo consumen. Insisto: yo sí lo ví. Yo sí compartí con muchos amigos y compañeros esta absoluta incomprensión sin despertar del letargo. Sin plantearnos ni por un segundo la posibilidad de que se pudiera frenar. De por lo menos intentarlo", se lamentaba la compañera de Forqué.

"Hoy me pesa y me duele por todas partes. La responsabilidad de este horror de desenlace no pasa ni por asomo por un concurso y los comentarios generados. Está claro. Pero igual de claro es, que como profesionales del medio o espectadores...como seres humanos, seamos conscientes, responsables, de que la falta de límites en la exposición y el insulto no ha ayudado ni ayudará nunca en el delicado proceso de un trastorno y su recuperación. Individual y colectivamente; reflexión, autocrítica, aprendizaje. No podemos volver a quedarnos horrorizados de brazos cruzados y en la sombra. No puedo", concluía el escrito.