Los rumores de crisis han perseguido a Kiko Rivera e Irene Rosales en los últimos días, e incluso se ha especulado con que el hijo de Isabel Pantoja podría haber sido infiel a su mujer el pasado fin de semana en Chipiona coincidiendo con su regreso a los escenarios.

Una noticia que no tardaban en desmentir ni el Dj ni la sevillana que cansada de que Kiko esté en el centro del huracán mediático, rompía este miércoles su silencio para salir en defensa de su marido y desmentir tanto una crisis matrimonial como una posible recaída del artista en sus adicciones. Asegurando que todo estaba bien entre ellos, Irene dejaba claro que el motivo por el que no les hubiésemos visto juntos en las últimas semanas se debía a que no es tan fácil organizarse con dos niñas pequeñas y ha sido ella quien se ha estado quedando con Ana y Carlota mientras Kiko cumplía con sus compromisos profesionales.

Prueba de que su relación atraviesa por un gran momento es que la pareja ha comenzado una nueva e ilusionante etapa en sus vidas y, meses después de anunciar que estaban buscando una vivienda más grande y con mayor privacidad para mudarse, el momento ha llegado y Kiko e Irene estrenan casa en Castilleja de la Cuesta.

Situada muy cerca del pequeño chalet donde residieron en los últimos años, la nueva residencia del Dj y la influencer es una enorme casa de estilo señorial a la que se han mudado hace tan solo unos días. Una vivienda unifamiliar cuya fachada es muy característica al estar pintada en color rojizo que, por el momento, parece inacabada.

De dos pisos, la planta baja cuenta con un garaje para que Kiko tenga mayor privacidad al acceder directamente en coche y la prensa no le pregunte cuando entra y sale de casa - como hacíamos hasta ahora - y otra parte que permanece tapiada con ladrillos y que podría ser un espacio destinado a un local comercial que, por el momento, continúa vacío.

A pesar de que en su día Irene confesó en 'Viva la vida' que entre los requisitos de su próxima vivienda estaba el tener un jardín y una piscina para sobrellevar las altas temperaturas de Sevilla en verano, a simple vista no se aprecia que su nueva casa los tenga, aunque no sabemos si se encuentran en la parte posterior de la casa - que ocupa casi una manzana - a salvo de miradas indiscretas.

Una vivienda que, por el momento, ni Irene ni Kiko han mostrado en sus respectivas redes sociales pero en la que ya están plenamente instalados y a la que veíamos llegar este miércoles al Dj tras cumplir con un compromiso laboral en Barcelona.