El pasado 22 de junio Kiko Matamoros pasaba por quirófano para someterse a un nuevo retoque estético y lucir la mejor versión de sí mismo este verano. Tal y como el colaborador desvelaba días antes en 'Sálvame', había decidido hacerse una marcación abdominal para presumir de 'six pack' a sus 64 años y, de paso, aprovechaba para retocarse los párpados con una blefaropastia.

Este último retoque ha dado mucho que hablar en los últimos días, ya que se ha especulado con que podría haberse 'estirado' la cara tras las marcas y moretones que el padre de Laura Matamoros 'lució' en la fotografía con la que mostró a sus seguidores su nueva y renovada imagen en su cuenta de Instagram hace unos días.

Hemos pillado al colaborador yendo a revisión de su operación antes de su vuelta al trabajo este lunes y, visiblemente molesto, ha desmentido que se haya hecho un lifting facial como se ha comentado. "La cara no me la he estirado" ha asegurado tajante tras comprobar en su clínica de cabecera que todo marcha a las mil maravillas y que puede reaparecer por todo lo alto presumiendo de su nuevo aspecto físico.

Sin embargo, con moretones más que visibles por la cara y el cuello - aunque intento ocultarlos con la mascarilla y unas grandes gafas de sol - pudimos ver a Kiko con evidentes dificultades para caminar y gestos de dolor, confesando que "es molesto la verdad, sobre todo la cintura". Y es que, tal y como ha señalado su novia Marta López, "está con faja y tubos" tras la liposucción y de ahí sus problemas de movilidad.

Kiko Matamoros yendo al hospital para la revisión de sus retoques estéticos. EP