"Escribo en nombre de la familia para informarles que nuestro querido Pepe MacDonald ha pasada la página de esta vida en la madrugada de hoy". Así acaba de comunicar Margarita Martín, la mujer de Pepe MacDonald, su muerte, a los 71 años.

La última despedida al popular empresario del ocio nocturno de Las Palmas de Gran Canaria de las décadas 70, 80 y 90, también padre de los actores Kira, Sarah y Ciro Miró, tendrá lugar en el Tanatorio de San Miguel, a partir de las 14.00 horas de este miércoles.

"El gran Pepe Mac quien tantas alegrías, sonrisas y carcajadas ha desprendido en estos años les da las gracias a todos por esos bellos pasos que caminaron juntos", expresa su mujer en un mensaje dirigido a sus amigos y allegados.

El impulsor del ocio nocturno capitalino

Pepe MacDonald, también conocido por Pepe Mac, comenzó su aventura laboral nocturna en el local de unos amigos en la década de los 70, hasta que a los pocos meses abrió su propio negocio, El Trébol, el primero de toda una saga de bares de moda en Las Palmas de Gran Canaria.

El siguiente local que amplió la oferta del ocio nocturno capitalino y que adquirió gran popularidad fue el legendario MacDonald de la calle Nicolás Estévanez. "Después abrí el MacDonald R y luego el Jardineto que estaba en Mesa y López", contaba el empresario en una entrevista que concedió a LA PROVINCIA. A partir de entonces, la lista de locales iba creciendo: Pepe MacDonald para los amigos, Pepe MacDonald en exclusiva, el Golden Hat, el Taxi Taxi o el Toca Toca.

En esa entrevista, Mac recordaba cómo en sus locales se juntaban tres generaciones que veían satisfechos sus gustos musicales. "Se creó un movimiento en el que la gente confiaba en el que regentaba el negocio". "...Yo sembré, ante todo, hospitalidad, servicio y alegría". Algo muy básico, ya que desde su punto de vista "de lo que tiene ganas cualquiera es de dar con gente positiva". Y eso se consigue "yendo a trabajar como si se saliese a un teatro y no con la posición de waiting for, esperando con los brazos cruzados".

MacDonald siempre estuvo pendiente de todo lo que sucedía alrededor de su negocio. "El equipo es muy importante, pero el dueño ha de estar continuamente controlando su local. Lo que viene a ser el ojo del amo". Ese mismo mandamiento se lo llevó con él cuando al cerrar el último de sus bares se marchó a Lanzarote, donde trabajó para unos amigos y luego cogió una discoteca. "Después me dediqué al negocio de la inmobiliaria", aunque su centro neurálgico seguía siendo la hamaca siete, pero esta vez del hotel Los Fariones.

Volvió en el año 2000 a la Isla y colaboró con otros "colegas", hasta que en 2005 se trasladó a la capital española para estar con sus hijos Ciro, Kira y Sarah. En Madrid, "que ya es Madrid", bromeaba entonces, hizo las veces de "embajador de Canarias". El restaurante Ten Con Ten se convirtió en un lugar de frecuente visita para él, hasta que desde sus Islas le llamaron para decirle que le "echaban de menos", contaba.

Lo que a Pepe MacDonald le gustaba era "cantar y bailar", porque decía llevaba la música por dentro. "Quiero promover que la gente cante más por las mañanas... Porque cantando se alegran los corazones". Este deseo evoca a los suyos, "a un gremio artístico", en el que no solo están sus hijos actores, sino también sus hermanos Alberto y Sergio, fundadores de Los Gofiones. "¡Ah!, tampoco me olvido de mis sobrinos que también se llaman Alberto y Sergio, ni de mi cuñada María Miró que es directora de cine, ni mucho menos de mi querida exesposa Marta Miró, una auténtica profesional de la producción cinematográfica".

Pero para Pepe MacDonald lo más importante en su vida era el positivismo. "El humor es lo último que se pierde", aseveraba y ejemplificaba a cada momento. Para Pepe MacDonal la actitud es lo más importante y, pasese lo que pasase "el día tiene que ser maravilloso".