Convertida en uno de los rostros más seguidos de la Familia Real, Victoria Federica organizó una fiesta por todo lo alto para celebrar su 18 cumpleaños y es que, aunque sopló las velas el pasado 9 de septiembre, la joven celebró una puesta de largo de lo más especial con más de 300 invitados.

Como no podía ser de otra forma, la joven contó con el apoyo de su familia y amigos más cercanos y es que su abuela materna, la Reina Sofía y su madre, la Infanta Elena, fueron de las primeras en llegar a la celebración compartiendo el mismo coche. Minutos más tarde también el padre de la joven, Jaime de Marichalar llegó a la cita para estar al lado de su hija en un día tan especial.

Una vez más el gran ausente en la cita familiar fue el Rey Juan Carlos que prefirió mantenerse en un segundo plano mediático y no acudir a la fiesta, algo similar a lo que ocurrió con sus tíos el Rey Don Felipe y la Reina Letizia, o la propia Infanta Cristina.

Uno de los últimos invitados en incorporarse a la fiesta fue Froilán, que evitó por todos los medios que le fotografiasen tapándose el rostro. En esta ocasión el joven no llegó solo y es que en el mismo coche también llegaba Mar Torres, su amiga especial.

Entre el gran número de invitados que acudieron a la fiesta hubo uno muy especial y es que Gonzalo Caballero, amigo entrañable de Victoria Federica, llegó de lo más serio a la celebración para estar junto a la joven en una noche tan especial.

También con rostro serio y en el asiento del copiloto llegaba su primo, Juan Urdangarín, hijo mayor de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín.

La hija de la Infanta Elena recibió un singular regalo, un cerdo envuelto en una bandera española.