Si se pregunta lo que mide Justin Bieber en Google salen decenas de respuestas, casi todas ajustadas a la estatura de la estrella; si se pregunta por su número de teléfono, evidentemente nadie lo tiene, pero sí se dan muchas pistas de por qué números se puede llegar al menos a alguien cercano a este jovencísimo astro de la escena.

Y así hasta el último detalle de este canadiense que empezó su carrera de crío y que ya alcanzó cinco números uno. Es decir, es uno de los últimos fenómenos fans de la escena pop, como en su día lo fueron los "Backstreet Boys", por citar un grupo de tiempo atrás con los mismos síntomas y referente de lo que se dio en llamar "boy bands".

La competencia de Justin Bieber ha sido hasta no hace mucho Hannah Montana, o sea, Miley Cyrus, competencia sana, ya que mantienen una buena relación. Competencia, se entiende en esto del fenómeno fans. Pero Cyrus, icono reciente de la factoría Disney, ya se "hizo mayor" con 20 años (es de 1992). De hecho, ella ya quería ser mayor cuando vino al Rock in Río de España.

Algo así, lo de crecer para públicos más crecidos, empieza a ocurrir con Bieber, aunque no llega a los 19 años. Porque Bieber, que se hizo famoso bajo el manto de Youtube, mueve lo que mueve un adulto: amores y disputas con otro fenómeno de pantalla como lo es Selena Gómez, que es estrella de todo: TV, cine y con su grupo "Selena Gómez & The Scene", o el trágico accidente de una paparazzi cuando intentaba tomarle fotos.

Personalidades y circunstancias aparte, lo cierto es que había un récord de números uno en la revista "Billboard" con el que empataba Cyrus: el de artista más joven con cuatro discos en lo más alto. Pero llegó hace un par de semanas Bieber y puso cinco números en las listas con el álbum.

"Believe" acústico. ¿Quiere decir toda esta historia que el cantante está enfilando un nuevo camino hasta acabar siendo un autor que enganche a otras generaciones?

Por el momento, el círculo de seguidores está en los adolescentes y críos, pero los más viejos del lugar se acordarán de que un día lejano en la historia del pop español fue fenómeno fan Alejandro Sanz para luego convertirse en referencia inequívoca de la música española.

Aún más, de la historia reciente del pop español. Algo similar y ampliado ocurrió con RobbieWilliams, que arrancó de fenómeno con "Take That"y terminó siendo el rey del pop por muchos años; o de Justin Timberlake, que arrasó entre adolescentes con el grupo "N Sync" para convertirse en una estrella de primera línea en la escena y en el cine.

El caso es que Justin Bieber ya empieza a afeitarse en la industria del disco e incluso se le da cierto vuelo a favor entre los críticos de Estados Unidos, que ven cierta "madurez" en el ya número uno en más de medio mundo "Believe acustic".

Un mundo el del disco al que llegó en 2009 después de que lo descubriera un cazatalentos en Youtube. Ese año grabó "My world" y desde entonces no ha parado de dominar la industria con varios discos más (uno por año, algunos, dos, con las versiones acústicas).

Con este nuevo éxito bajo el brazo en su carrera lo esperan sus fans en España, donde dará un par de conciertos el próximo mes de marzo.

Para certificar que el fenómeno fan sigue firme como el cemento sólo hay que reproducir las recomendaciones de Doctor Music, la promotora del concierto. El comunicado reza como sigue: "Conciertos 14 de marzo (Madrid) y 16 de marzo (Barcelona). Información muy importante para menores de 16 años".

Y se facilita una serie de normas donde se detalla, entre otras cosas, que los menores de 16 años deberán ir acompañados de padres, tutor o adulto responsable. Es decir, que Bieber ya es un hombre de récord (también en España), al que le otorgan cierto giro en su nuevo disco, pero que sigue teniendo su caladero de fieles en la adolescencia y para abajo.

Es Justin Bieber todo un símbolo de la escena del momento al que ya no le falta mucho para cambiar su recorrido. Es la ley del tiempo. Sus fans tendrán dentro de no mucho 18 o 19 años (al menos unos cuantos) y seguramente se deslizarán para algún grupo rock de talante indie y con la gafa de pasta bien asentada (el "gafapastismo", su estética, resiste desde los sesenta) o bien se desviarán hacia la Lady Gaga de turno. Eso sí, le queda aún la baza futura de dar ese giro a lo Williams, Alejandro Sanz o Timberlake, entre tantos otros, y quedarse en la escena una larga temporada.