Ricardo se le escapa la risa y la cara se le agranda de alegría. Es el más travieso, el que hace más bromas. El Cachorro tiene una mirada grave, tierna y adulta a la vez, se desconcierta cuando les hago improvisar una canción para una foto, cuando Ricardo arranca y él no se la sabe, todos le decimos que para la foto es igual, que solo tiene que posar. Pero a él no le da igual cantar una cosa que otra. O simular que canta. El Cachorro se lo toma todo muy en serio. Acaba de sacar un nueve y medio en matemáticas. Ricardo y el Cachorro son cantaores.