Odio repetirme”, dice varias veces Elsa Peretti. Se refiere a su obra, a las entrevistas, a la vida en general. Los grandes personajes, sean de la disciplina que sean, no tendrían por qué dar entrevistas. Su trabajo y su trayectoria son suficientes para hablar por ellos, y se olvida que someterse al escrutinio de un periodista, responder a preguntas que a veces pueden resultar monótonas, no es obligatorio para nadie. Por eso el hecho de que aceptara recibir a esta revista en su Fundación de Barcelona tiene doble mérito. Por eso, también, desde el minuto uno, cuando la encontré sentada, fumando, bebiendo café y tendiéndome la mano, decidí, casi sin darme cuenta, aparcar mi batería de preguntas y dejarme llevar por la conversación.