"Las tendencias han muerto, ¡vivan las tendencias!", proclaman alegremente blogueras, chicas cool y celebridades para las que todo vale mientras llegue su foto a las redes antes que las de su feroz competencia instagramera. Pero ese todo vale tan actual en la moda es más de lo mismo: una interpretación de una interpretación de una interpretación, solo que llega a la masa más rápido todavía que la mercancía de una superficie low cost. Donde no hay memoria ni conocimiento histórico, la moda se queda huérfana; y sin raíces, no hay ni arte ni estilo. Ese es el espíritu del siglo XXI: individualismo y tecnología, nostalgia de un pasado imaginario que...