Doce trajes imposibles de llevar. Así, sin medias tintas, describió Francisco Rabaneda Cuervo (más conocido como Paco Rabanne) su primera colección en 1966. Arquitecto de formación, su idea no era trasladar las formas geométricas a las siluetas femeninas, que para eso ya estaba Balenciaga, sino emplear elementos de la construcción en la confección de prendas: acetato, aluminio o su ya icónica malla metálica. Sí, más allá de heroínas galácticas como Jane Fonda en Barbarella, o de algunas más terrenales, como la cantante Francoise Hardy, pocas se atrevieron a lucir sus primeras creaciones, aunque a todas se les quedaron grabadas en la retina. Medio siglo después, la todopoderosa cronista Suzy Menkes hablaba...

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