Di adiós a la suciedad de los cristales con estos trucos que los dejan relucientes en segundos

Limpiar la casa puede resultar muy tedioso, sobre todo si lo hacemos cuando llegamos cansados de trabajar o de estudiar.

Para que sea más sencillo y rápido, a la vez que eficaz, existen foros y grupos de WhatsApp que se comparten los mejores trucos de limpieza.

Ponerlos en práctica te ahorrará tiempo y dinero, además de dejar tu casa como los chorros del oro.

Una de las tareas más engorrosas es, sin duda, limpiar los cristales. Aunque lo cierto es que tanto el producto como la bayeta juegan un papel muy importante, hay veces que ni el mejor de los trapos ni el mejor de los limpiadores pueden ayudarnos.

Para ello, te recomendamos varias formas de enfrentarte a esta tarea con eficacia.

Limpiacristales casero

Si quieres ahorrar y crear tu propio limpiador, te recomendamos hacerte con un recipiente que tenga pulverizador y hacer una mezcla con el zumo de dos limones, 250 ml vinagre y 250 ml de agua.

Déjalo reposar unos minutos y rocíalo en los cristales o cualquier superficie de vidrio para tener un acabado reluciente.

A la antigua

También puedes hacer un mejunje de vinagre de limpieza, jabón neutro o lavavajillas y agua templada. Para utilizarlo, solo tendrás que removerlo bien y humedecer un estropajo suave o un trapo y pasarlos por todo el cristal. Seguidamente, coge un trapo humedecido con agua y aclara. Para terminar y rematar con el secado, pasa un paño de microfibra.

Media cebolla o una patata

Si los cristales están muy sucios y necesitan una limpieza profunda, usa una patata o una cebolla para deshacerte de ella. Únicamente tendrás que cortar una de ellas por la mitad y frotar el cristal suavemente. Cuando ya esté listo, aclara con un poco de agua con vinagre y seca.

Agua con mucha cal

Si el agua de la zona donde vives es muy dura y necesitas eliminar la cal del cristal de la mampara de la ducha, lo mejor que puedes hacer es una mezcla casera. Junta 3/4 de taza de vinagre blanco, 1/4 de taza de alcohol, una taza de agua y media cucharada de detergente líquido. Viértelo en un pulverizador y mezcla bien. Rocíalo por todo el cristal y retira con un paño.