Dividir la oficina en dos partes o aislar un espacio para crear un ambiente de "no molestar". Esa es la función de Kivo, una lona flexible que se expande y se adapta a cualquier superficie. Además, gracias a su forma arquitectónica y a la variedad de colores, desde los más vivos hasta los más suaves, encaja en cualquier parte de la sala y con todo tipo de interiorismos. Los módulos triangulares lo convierten en un mosaico geométrico que es tan agradable estéticamente como funcional.

El separador flexible Kivo. ( Herman Miller )