La colcha o cubrecama es un elemento decorativo imprescindible en una cama, sea cual sea su tamaño. Durante el día decora nuestra habitación y lecho para ser retirada durante la noche, aunque también hay que recordar que en las frías noches de otoño e invierno es un complemento perfecto para abrigarse y no pasar frío mientras dormimos.

El acolchado o el cubrecamas que se elija determinará el estilo de la cama y de la habitación en general. Esta elección no deben hacerse al azar, sino siguiendo determinadas pautas decorativas.

Una cama con una cabecera de madera de diseño muy neto puede abrigarse con ropa de colores lisos y oscuros o muy claros y neutros. Según la elección que hagamos, también se le puede dar un aire oriental a la cama y hasta a la habitación en general.

En estructuras de hierro

Si se trata de una estructura realizada en hierro o en bronce y su aire es decididamente antiguo puede optar por vestirla con géneros ricos y varios almohadones al tono, o bien, optar por aprovechar su rusticidad para usar acolchados de fibras y colores naturales, ya sean lisos o estampados.

Una cama sin respaldo puede adquirir un aire más suntuoso si se la viste con telas pesadas y con tintes como el colorado, el verde o el azul, con algunos detalles en amarillo oro.