Hay proyectos que son como un puzzle. Se debe dar bastantes vueltas a cada pieza para encontrar su buen encaje. Es el caso de esta reforma -del Estudi Alfred García Gotós y Ester Panades-, que partía de una casa preexistente cuyos volúmenes debían respetarse. Por una parte, la parcela, de 300 m2, con una pendiente significativa y forma de trapecio, consta de cuatro niveles y el acceso principal está en el segundo, tras ascender por una escalera exterior. Por otro, las tres plantas tienen dimensiones ajustadas, y la piscina, al estar en el nivel superior trasero, quedaba desligada del resto.

Dado que la fachada a la calle es la que goza de mejor orientación a sur, se encararon hacia allí la mayoría de las estancias para disfrutar de máximas horas de luz natural. Para ganar intimidad se efectuaron aberturas longitudinales elevadas, y la sala comedor queda resguardada tras un balcón corrido que se integra en la fachada. Ante la complejidad, los autores del proyecto plantearon una distribución sumamente ordenada que fuera práctica y cómoda. Finalmente, han logrado una casa con atractivos espacios que, haciendo de la dificultad virtud, gozan de particular independencia. Y los complicados patrones de circulación iniciales se han simplificado con un ejercicio de limpieza espacial y cromática.

Inspirándose en la arquitectura escandinava de los años 50 y 60 del pasado siglo y su tratamiento de la madera, en el interior destacan una serie de cubículos de roble. Son amplios umbrales forrados totalmente de madera que marcan espacios de acogida y acceso (integran puertas e iluminación) y dan paso a luminosas estancias pintadas en blanco. Bajo la sala comedor y cocina se encuentran los dormitorios de los hijos y una sala polivalente, más un cuarto de invitados. En el nivel superior está el dormitorio principal. Del amueblamiento se ha encargado Ester Panades, de Arditell, que ha escogido piezas contemporáneas sobrias pero expresivas.

"La convivencia de pocos materiales y colores, blanco y madera -explica Alfred García Gotós-, da atemporalidad, y las formas simples ayudan a entender mejor los espacios y a generar transparencias entre ellos". Con aperturas y huecos estratégicos se procura la sensación de estancias que se prolongan.