Todos los ciudadanos, tanto dentro como fuera de casa, nos enfrentamos a sufrir estafas, engaños e intentos de robo, tanto de forma física como digital. Hoy en día, existen cientos de triquiñuelas para engañar a la gente: llamadas telefónicas, correos y mensajes haciéndose pasar por una empresa que te pide datos por un supuesto problema; trocitos de papel en las puertas de las casas para ver si estás de vacaciones y entrar a robar, entre muchísimas más.

Los timadores profesionales se saben cientos de trucos de los que jamás sospecharíamos y es que hay una relacionada con el suministro del gas que debe preocuparnos.

Una de las tácticas más utilizadas es el "timo de la goma de butano" y las víctimas siempre suelen ser personas mayores que viven solas y se muestran confiadas. El timador se presenta en el domicilio de la persona a la que quiere robar como un supuesto inspector de gas con una acreditación falsa argumentando que el propietario debe tener en buenas condiciones la instalación y el riesgo que supone que esté en mal estado.

Así, el ladrón convence al usuario para que le deje entrar en su casa y realice la revisión. Una vez dentro del domicilio suelen sustituir algún elemento de la instalación como la goma o la manguera que une la bombona de butano a la instalación justificando que está rota o caducada. Al terminar, el usuario le abona al falso inspector la cantidad que le requiere, aun siendo, realmente, una comprobación carente de validez. De hecho, puede llegar a ser muy peligroso por la manipulación de algunos elementos de la instalación por una persona que no está cualificada para la tarea.