Como alternativa al gran viaje, este verano he decidido descubrir, o revisitar, algunas de las ciudades europeas más animadas. Y lo haré buscando su lado más asequible, sin que eso suponga restar un ápice de diversión y disfrute. Aquí comparto mi selección.

Helsinki, Finlandia

Los países escandinavos tienen fama de ser algo caros, pero la mayoría de los mitos están para romperlos. La clave es saber dónde ir. Y lo cierto es que Helsinki es una ciudad que ofrece mucho sin necesidad de vaciar la cartera. Por ejemplo, en muchos de sus comercios cuentan con información gratuita de la ruta del barrio del diseño que, uno mismo se puede hacer sin necesidad de llevar guía. Son un reducido, pero interesante, conjunto de tiendas curiosas de moda, arte o belleza, que merecen ser visitadas por su interior.

Un buen consejo es alojarse en el hotel The Yards (https://www.theyard.fi/), que cuenta con una ubicación ideal y un precio estupendo. Es un concepto de albergue moderno basado en la idiosincrasia finlandesa, en el que pueden dormir en habitación individual o compartir en literas, y que destaca por su simplicidad en la decoración.

A hora la de comer está muy bien el restaurante Jord (http://restaurantjord.fi), que elabora menús de dos platos por 23 euros, con producto fresco y orgánico. ¿Mi recomendación? Probar el cerdo asado de granja con salsa de col y manzana. Para cenar lo ideal es The Cock (http://thecock.fi), que combina decoración chic, ambiente y deliciosa comida a buen precio. No se vayan sin probar su ensalada de salmón. Por último, un dato importante: disfruten de una interesante visita a la nueva biblioteca de la ciudad, que es gratis. Es un edificio de una belleza arquitectónica única. www.oodihelsinki.fi/en

Amberes, Bélgica

Conocida por ser la ciudad del diamante y cuna de grandes diseñadores de moda, es la segunda más importante de Bélgica, y una de las más animadas, al tener una gran oferta cultural y musical. Siempre es una delicia pasear por ella, bien sea callejeando o recorriendo el puerto. Si buscan el plan relajante perfecto, les recomiendo llegar hasta el parque de Middelheim, y contemplar sus esculturas al aire libre.

Otra propuesta aconsejable es subir a la terraza del museo MAS (https://www.mas.be/en) para disfrutar de la mejor vista de la ciudad, y del río Escalda. Si interesa el mundo de la moda, les gustará seguir una ruta curiosa y muy interesante por tiendas vintage y anticuarios. Conviene empezar por la calle Kloosterstraat, y siempre cámara en mano, porque el paseo no defrauda. Pueden dormir en el Hotel Kathedraal (https://hotelokathedral.com/) a escasos minutos de la catedral, ya que siempre cuenta con buenas ofertas. Y para comer el lugar ideal es Felix Pakhuis, bien en su terraza mirando al puerto; bien en su salón interior, disfrutando de algún pescado recién salido del mar.

Glasgow, Escocia

Aunque a priori no lo parece, la ciudad más grande del país tiene infinitos atractivos que argumentan una escapada de verano. Uno de ellos es su gran oferta cultural y arquitectónica, con la Catedral, la Universidad, sus museos o la singular Merchant City como buenos ejemplos. Lo ideal es contratar uno de los circuitos de Walking tours, que por menos de 10 libras descubren la ciudad a pie. Glasgow es también famosa por tiendas como las ubicadas en Style Mille, que ofrecen diseños de marca a buenos precios, o los chollos que se pueden encontrar en tiendas vintage como Starry Night y Mr. Ben Retro Clothing.

A la hora de comer, muchos de los restaurantes del centro ofrecen menús a buenos precios, como el divertido Two Fast Ladies At the Buttery (http://twofatladiesrestaurant.com/buttery. Sí sí, el nombre señala a «dos orondas señoras en el comedor») o el irónico Ubiquitous Chip (www.ubiquitouschip.co.uk). No podemos dejar de visitar un viernes el Oyster Happy Hour (de 16h a 21h) de A´Challtain (https://baadglasgow.com/achalltainn): las venden a 1 libra la unidad.

Toulouse, Francia

Es la cuarta ciudad más grande de Francia, y una de las más animadas que conozco, a cualquier hora y todos los días de la semana, lo que supongo se debe a su condición de destino universitario. Si por la mañana las calles del centro están llenas de gente desayunando o haciendo un poco de shopping, el ritmo no para cuando cae el sol, y las plazas donde abundan los bares se llenan de gente deseosa de tomar una tapa con un delicioso vino francés. Si algo tiene esta bella ciudad, además, es que es fácil de manejar y muy sencilla para recorrerla andado.

Si quieren seguir unos buenos tips low cost, para dormir deben reservar en el nuevo hotel de la cadena Mama Shelter. (https://www.mamashelter.com/es/toulouse), instalado en un edificio de ladrillo fácilmente identificable, que fue una antigua sala de cine, a escasos 5 minutos del centro de la ciudad. Su lobby, que cuenta hasta con un futbolín, es muy frecuentado por los habitantes locales. ¿El plan para el verano? Las vistas desde su azotea, disfrutando de un refrescante cóctel.

A la hora de comer se estila mucho el Mercado, concretamente el de Victor Hugo (https://www.marche-victor-hugo.fr/), donde tienen dos opciones: comer allí algún pescado o marisco tipo mejillones, gambas o, cómo no, ostras, o pedirlos para llevar y celebrar un improvisado picnic en algún parque cercano. Si a la hora de la cena nos apetece más sentarnos en algún local con animación que no se dispare de precio, el lugar se llama Mr. Georges, (https://www.monsieurgeorges.fr/), y es un restaurante que destaca por tener comida sencilla, deliciosa y a buen precio.

Viena, Austria

La gran ciudad imperial tiene dos caras. Por un lado, la de los grandes palacios, cafés centenarios, hoteles con solera o conciertos impagables; pero también tiene su cara b, un lado más hipster en el que abundan lugares y planes muy interesantes que no suponen un imposible para el bolsillo. Por ejemplo, dormir en el hotel 25 hours (https://www.25hours-hotels.com), supone una experiencia muy artística, ya que cada habitación está decorada con un estilo diferente, aunque debo advertir que en ninguna de ellas se define por la simplicidad.

¿Un plus? al estar ubicado en el distrito de los museos, desde su terraza, cóctel en mano, puedes avistar los edificios de todos ellos. Una buena idea para la hora de comer es acudir a un puesto callejero y pedir una salchicha, algo realmente típico en la ciudad. Mi recomendación es concretamente Bitzinger, al que reconocerán por el conejo gigante que decora su tejado, y que se encuentra a escasos metros del museo Albertina. Si prefieren una mesa interior, la carta de Glacis Beisl es muy variada y económica.

Rotterdam, Holanda

Con el puerto marítimo más importante de Europa, esta ciudad holandesa acoge una gran población de gente joven que anima sus días y sus noches. Uno de sus planes más atractivos y recurrentes es hacer un tour en bicicleta, medio de transporte del país por excelencia, que te permite desplazarse por todos los rincones. Les ayudará a descubrir la ciudad, por tan solo un euro, el Street Art tour, siguiendo las indicaciones de una App. Otra divertida propuesta es organizar un improvisado picnic en alguno de sus parques, y para ello puedes recurrir a Albert Heijn y Hema, donde venden barbacoas de usar y tirar que te harán más fácil la velada.

Una buena opción de alojamiento es King Kong Hostel (http://www.kingkonghostel.com), instalado en un edificio de la conocida calle Witte de Withstraat. Es un establecimiento con una relación calidad- precio perfecta. Y dos pistas más: si quieren comer patatas fritas -hay una gran tradición por esta especialidad-, háganlo en el foodtruck Fritez Haute Fritur (https://www.facebook.com/FritezHauteFriture/), pero si prefieren quesos o embutidos, acude al mercado Fenix Food Factory (http://www.fenixfoodfactory.nl).

Basilea, Suiza

Desde luego Suiza no destaca por ser un destino barato; pero, repito, también aquí hay que saber dónde ir, y qué cara de la ciudad disfrutar. Basilea, en concreto, es una ciudad habitada por multitud de extranjeros expatriados por trabajo, la mayoría empleados en alguna de las dos grandes farmacéuticas multinacionales, instaladas en la periferia de la ciudad. Por eso llueven los planes, y proliferan hoteles y establecimientos a buen precio. Eso sí, hay un dato a tener muy en cuenta si no quieren que la cuenta aumente casi el doble: modérense con el vino; su precio allí es el doble de caro que en España.

Un alojamiento bueno y asequible es el hotel Das Breite (https://www.dasbreitehotel.ch/en), de tres estrellas, cuya característica es que apuesta firmemente por lo ecológico, causa con la que está muy comprometido así que a la vez que duermen bien estás cuidando del medio ambiente. Como dato informativo, y creo que muy interesante, todas las personas que se alojan en un hotel de la ciudad reciben de manera gratuita la BaselCard, una tarjeta que te permite circular libremente por todo el transporte público de la ciudad, wifi gratis e importantes descuentos en museos. Y si buscamos divertidas opciones para el verano, que además salgan free, no deben perderse el baño en el río Rin, que por lo visto es la actividad favorita de los locales cuando salen de trabajar en verano. ¿Qué necesitan? Un traje de baño, una toalla y ganas de pasarlo bien. Y si con tanto ejercicio les entra hambre no duden en acudir a Brauner Mutz (https://www.brauner-mutz-basel.ch/), una clásica cervecería en la que degustar salchichas de varios tipos.