A menudo, la electricidad es mucho más fácil de conseguir de lo que se piensa y no es necesario depender de las grandes empresas que nos asfixian con sus tarifas desorbitadas. Una sencilla instalación hidroeléctrica ha sido inventada por una empresa belga y permite, con poco esfuerzo y presupuesto, abastecer de luz a poblaciones de entre 50 y 500 familias en lugares remotos y apartados de las concentraciones urbanas.

Turbulent, que así se denomina el sistema, solo requiere la presencia de un río en el que haya un desnivel de al menos 1,5 metros de altura. Esa pendiente es la que impulsa el agua hacia la turbina, la cual generará la electricidad.

Según se puede leer en su página web, la idea surgió de los jóvenes belgas, emprendedores y al mismo tiempo preocupados por el medio ambiente. Jasper Verreydt y Geert Slachmuylders centraron sus esfuerzos en analizar los vórtices o torbellinos que se forman en ríos y canales. Estos remolinos, con su velocidad, generan energía, la cual puede ser transformada en electricidad.

Tras reunir a un equipo de profesionales, lograron diseñar una turbina de pequeño hidroeléctrica de pequeño tamaño, de 15 a 70 kw, que puede instalarse en cualquier río, canal o vía fluvial que tenga un desnivel de entre 1,5 y 5 metros.

Es capaz de generar electricidad ya sea con una sola turbina o mediante una red de varias de ellas, ubicadas en varios puntos del río. En este último caso se puede atender a un mayor número de viviendas.

Dependiente del sistema empleado, se pueden generar entre 120.000 y 560.000 Kw/h al año por cada turbina, añade la empresa.

Se trata de una innovación que ya ha sido implantada con éxito en comunidades rurales de Chile, Indonesia, Portugal, Filipinas, Estados Unidos, Reino Unido y otros países que no tienen posibilidad de disponer de energía de otro modo.

Es un mecanismo fácil de instalar, requieren poco mantenimiento y tienen una larga vida útil, todo lo cual lo convierte en una alternativa fiable para este tipo de comunidades.

El objeto es “llevar electricidad limpia y asequible a lugares remotos mediante nuevas tecnologías y capacitando a las culturas locales para que las utilicen”, afimra Turbulent.

Estas centrales hidráulicas portátiles consiste en una estructura de hormigón que hace las veces de colector del agua, que cae formando un remolino y va a parar a las hélices de la turbina a suficiente velocidad como para hacerla girar. Mediante este simple movimiento natural, dicha turbina gira y genera electricidad.

A diferencia de otras fuentes de energía renovable, estas minicentrales no dependen de si hay sol o viento un día determinado.

Turbulent afirma que para producir la misma cantidad de energía que proporcina esta turbina haría falta una planta solar del tamaño de un campo de fútbol.

Al objeto de reducir el impacto ambiental que pueda provocar esta instalación, los responsables de la empresa han creado un diseño especial que evita dañar los peces que van a parar a las hélices de las turbinas.

En este vídeo se observa el funcionamiento del sistema.

Todo el equipamiento necesario para la instalación de esta pequeña hidroeléctrica es fácilmente transportable en un camión y la construcción, afirma la empresa, tan solo tarda unos pocos días.

El invento ha sido objeto de varios premios internacionales de innovación e ingeniería.

Web de Turbulence: https://www.turbulent.be/

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