Desde el año 1700 se ha perdido casi el 90% de todos los humedales del planeta, aunque el ritmo de desaparición se aceleró especialmente a partir del siglo XX. De hecho, se estima que entre 1970 y 2015 los humedales se redujeron en aproximadamente un 35%, es decir, una tasa tres veces superior a la de la pérdida de los bosques. La situación de los humedales de España no es mejor.

Son datos del Convenio Ramsar, una convención firmada hace ahora 50 años en la ciudad iraní de este nombre precisamente para preservar este tipo de espacios. Las zonas húmedas tienen a menudo mala prensa entre la población, al considerarlas focos de molestias y áreas insalubres. Y, sin embargo, son fundamentales, entre otras cosas, para capturar CO2 de la atmósfera y mantener los sistemas acuáticos.

¿Cuál es la situación de los humedales españoles? En la actualidad, nuestro país cuenta con un patrimonio húmedo estimado en al menos 2.000 humedales, la mayor parte de las cuales están tierra adentro. Los costeros son mucho menos numerosos, pero en cambio ocupan una gran superficie (el 86% del total).

Las marismas del Guadalquivir, Doñana y la bahía de Cádiz, el Delta del Ebro, el Mar Menor, la Albufera de Valencia y los Aiguamolls de l’Empordà son algunos de los más extensos de España y atesoran una riqueza biológica sin parangón, gracias a la rica ornitofauna que vive en ellos.

Sin embargo, la situación de los humedales españoles es muy delicada. De los 75 que forman parte del Convenio Ramsar por su especial importancia, más de la mitad de ellos se encuentra en un estado de conservación pobre o muy pobre, según los datos oficiales.

En realidad, solo un 12% de las zonas está bien conservada y un 15% está en un estado de conservación “moderado”. Se trata de un balance preocupante que hace temer por el futuro de estos ecosistemas.

Un catálogo de amenazas

¿Cómo se ha llegado a esta situación y cuáles son sus amenazas? Los humedales españoles parecen ser la víctima propicia de una serie de actividades humanas que les afectan especialmente y parecen cebarse en ellos desde mediados de siglo. En primer lugar, aparece la excesiva y a menudo ilegal extracción de agua de sus acuíferos, lo que sencillamente seca estos humedales y los hace morir de inanición hídrica. Es el caso de las Tablas de Daimiel o Doñana, por ejemplo.

En otros casos, como es el caso del Mar Menor, la amenaza la representan sobre todo los vertidos de la agricultura industrial de su entorno, que genera el vertido a la laguna de ingentes cantidades de fertilizantes que rompen el equilibrio de sus aguas y fondo marino.

La presión urbanística es otro de los factores que castiga los humedales, pues la urbanización genera una sucesión de impactos tanto para el hábitat en sí como para las especies que lo habitan.

En el caso del Delta del Ebro, el problema radica en la drástica reducción del aporte de sedimentos que ha causado la regulación del río y la aparición de múltiples obstáculos en su cauce que frena este aporte, aparte de la subida del nivel del mar.

Ante esta situación, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha puesto en marcha el Plan Estratégico para la Conservación de los Humedales 2022-2030 para mejorar su estado. El objetivo final es restaurar 20.000 hectáreas de zonas húmedas en España antes de 2030.

Los humedales españoles en los que se actuará serán los siguientes:

Laguna de La Janda (Cádiz). Extensísima zona húmeda que actualmente está casi desecada. Se realizará un proyecto para restaurar, en una primera fase hasta 2025, las áreas de la antigua laguna que todavía experimentan periodos de inundación cuando hay fuertes lluvias, con una superficie estimada de más de 1.000 hectáreas.

Laguna de Antela (Ourense). Se pretende alcanzar en una primera fase, hasta 2025, al menos 500 hectáreas de humedal restaurado mediante un proyecto en el que participen los propietarios de los terrenos.

Mar de Campos (Palencia). En este antiguo humedal, el objetivo será doblar en 2030 la superficie ya restaurada en las lagunas de la Nava de Fuentes y de Boada, alcanzan do en total unas 1.000 hectáreas de ecosistema de humedal recuperado.

Albufera de Valencia. Además de múltiples actuaciones en depuración y saneamiento de las localidades costeras y la restauración de antiguos arrozales y su transformación en filtros verdes contribuirán a la mejora de la calidad del agua que finalmente penetra en la laguna.

Mar Menor (Murcia). El Ministerio tiene previsto continuar con sus acciones para reducir la carga contaminante que afecta a esta laguna, además de otras actuaciones para restaurar humedales en su cuenca hidrográfica.

Doñana (Cádiz) y Tablas de Daimiel (Ciudad Real). Se seguirá reforzando el control de la explotación de agua de los acuíferos, combatiendo las extracciones ilegales o incluso acudiendo a actuaciones de urgencia para elevar temporalmente los niveles freáticos y eludir el riesgo de incendios.

Parque Natural de El Hondo (Elche). Es un hábitat de algunas aves amenazadas, por lo que se está desarrollando un proyecto Life hasta 2024 para mejorar el estado de conservación de la cerceta pardilla, que incluye, entre otras medidas, la compra y restauración de cotos de caza que se regenerarán para convertirse en un hábitat adecuado para esta especie catalogada en situación crítica.

Delta del Ebro (Tarragona). Se prevé estudiar la reinyección de sedimentos y la restauración de los arenales costeros.

Informe del Ministerio sobre el plan de recuperació de humedales: https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/ecosistemas-y-conectividad/situacionhumedalesfebrero2020_tcm30-522420.pdf

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