El número de animales sacrificados el año pasado en los mataderos españoles se disparó hasta los 910 millones, un 6,3% más que en 2019. Son 2,5 millones de muertes al día, 104.000 cada hora, 1.700 por minuto y casi 30 cada segundo. Las exportaciones tienen la culpa, puesto que el consumo de carne en los hogares ha caído. Las ONG de protección animal arremeten contra el “siniestro” negocio de la carne. Un negocio «cruel» en manos de los más poderosos: cada vez hay menos explotaciones pequeñas y cada vez más macrogranjas industriales.

El año pasado fueron sacrificados en España 800 millones de aves, 56,1 millones de cerdos, 40,7 millones de conejos, cerca de 9,5 millones de ovejas, 2,4 millones de vacas, 1,2 millones de cabras y más de 37.000 caballos, según las estadísticas que maneja el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

El resultado de todo ello fue la producción de 7,6 millones de toneladas de carne, la mayor parte de la cual se exportó La industria de la carne sigue creciendo sigue creciendo. En los seis primeros meses de este año se han producido en España 60.000 toneladas más de carne que en el mismo periodo del año pasado.

Cada vez se produce más carne, pero los hogares españoles cada vez consumen menos: compran un 6,5% menos que hace cuatro años. Según la ONG Igualdad Animal, esto es debido a que España solo retiene un tercio de lo que se produce, el resto se exporta a China y Francia principalmente. Las exportaciones han crecido un 47% desde 2016.

Curiosamente, desde 2010 casi la mitad de las explotaciones ganaderas de pequeño tamaño han cerrado. Por el contrario, el número de macrogranjas se ha multiplicado.

Macrogranjas con 50.000 cerdos o un millón de aves

Macrogranjas con 50.000 cerdos o un millón de aves En España, se concentra en grandes explotaciones industriales el 94% de la producción de carne de cerdo, el 94% de la carne de aves y el 81% de la leche de vacuno y el 66% de las tierras cultivadas se destinan a producir alimentos para el ganado, revela Greenpeace.

Este tipo de instalaciones, que pueden albergar hasta 50.000 cerdos o un millón de aves, generan en enorme impacto ambiental, por la emisión de gases de efecto invernadero (el 14,5% del total mundial) y por la contaminación de las aguas, alerta Igualdad Animal.

La industria cárnica genera en la actualidad 15 veces más excrementos que carne, una cantidad con la que podrían llenarse veinticuatro mil piscinas olímpicas al año, indica Igualdad Animal.

Los purines son los principales responsable de la contaminación por nitratos de acuíferos y ríos. Así, en Cataluña, la región con mayor implantación de granjas de cría de cerdos, el 41% de los acuíferos están contaminados.

Además, la ganadería industrial “condena a los animales a una vida de encierro y maltrato”, denuncia Igualdad Animal. “A la mayoría tan sólo se le permite vivir hasta que alcanza su crecimiento óptimo para obtener la máxima rentabilidad.

España es el país de la Unión Europea (UE) con mayor número de animales encerrados en jaulas, 92 millones. “El 99% de los conejos, el 98% de las cerdas y el 82% de las gallinas viven permanentemente entre rejas”, resalta la organización de protección de los animales de granja.

La UE exige considerar a los animales “seres sensibles”

La UE exige considerar a los animales “seres sensibles” Solo en los dos últimos años se han concedido en España permisos para abrir más de media docena de macrogranjas que sumarán más de un millón de animales. Frente a este tipo de instalaciones, las ONG de defensa animal abogan por la ganadería extensiva y la ecológica.

Las normas de la UE exigen considerar a los animales como seres sensibles. Y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) demanda mantenerlos libres de hambre, sed y desnutrición, temor y angustia, molestias físicas y térmicas, dolor, lesión y enfermedad, así como libres de manifestar un comportamiento natural.

Pese a ello, las “claves” de la ganadería industrial son la selección genética para lograr animales más productivos y de crecimiento ultrarrápido, ciclos productivos muy cortos y densidades de estabulación muy altas.

Así, mientras que la esperanza de vida de una oveja es de 15 años, son sacrificadas cuando tienen entre 3 y 10 meses. Los cerdos, que también viven una media de 15 años, se sacrifican al llegar a entre los 3 y los 6 meses.

Los pollos, cuya esperanza de vida se sitúa en 10 años, llegan a los mataderos con 6 semanas. Las terneras, que podrían vivir hasta 25 años, son sacrificadas con uno o dos años. Y los conejos que viven entre 6 y 8 años, se sacrifican cuando tienen entre 6 y 8 semanas.

La ganadería industrial y la deforestación en Brasil

La ganadería industrial y la deforestación en Brasil Igualdad Animal ha denunciado asimismo que la ganadería industrial es la principal responsable de la deforestación que se registra en Brasil. Un hecho que está provocando un “impacto devastador” en el medio ambiente, que pone en peligro a todo el planeta.

Greenpeace, por su lado, impulsa una recogida de firmas contra las instalaciones ganaderas industriales, que ya suma más de 212.000 apoyos. Defiende que la ganadería industrial está “devorando el planeta”, y que las macrogranjas son “la cara más cruel y sucia de este negocio”.

Las consecuencias, según Greenpeace, son: “Contaminación de las aguas, emisiones de gases de efecto invernadero, uso de enormes extensiones de tierras, deforestación para pastos y para cultivo de alimento para ganado (12 millones de hectáreas en todo el mundo en 2020), daños a la salud y abusos a los animales. Y, además, una falsa solución contra el despoblamiento rural”.

Web de referencia: https://igualdadanimal.org/

Campaña de Greenpeace contra las macrogranjas: https://es.greenpeace.org/es/que-puedes-hacer-tu/peticiones/macrogranjas-no/

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