Los temporales marinos que han sacudido el litoral de Alicante desde septiembre de 2019 y, sobre todo este invierno, han terminado por comerse un tramo de unos 500 metros de arena de la playa de San Juan, en Alicante, claro ejemplo de los efectos del cambio climático y de la subida del nivel del mar en la zona más cercana al Cabo de la Huerta de Alicante que, prácticamente, ha desaparecido desde el pasado verano.

La actual imagen recuerda a la de principios de los años 90, con las olas prácticamente llegando hasta el borde de las urbanizaciones, chalés y el paseo marítimo en la primera línea de playa.

Lo peor, sin embargo, es que la regresión de la arena ha dejado al descubierto un viejo colector de aguas fecales que podría romperse en cualquier momento debido a que se ha quedado sin la barrera natural de arena que lo protegía del oleaje.

“Está claro que la regresión en esa zona de la playa es ya imparable«, apunta Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad  de Alicante.

La playa de San Juan, un extenso arenal de ocho kilómetros de longitud al unirse con la de Muchavista (El Campello), es un claro ejemplo de lo que el urbanismo desordenado ha provocado en muchos puntos de la costa española desde los años 70.

Las urbanizaciones ocuparon un marjal y cambiaron la dirección de los vientos, lo que aceleró su regresión.

La solución es difícil, por las complicaciones ambientales que conlleva la regeneración artificial de playas y porque, por otro lado, el yacimiento de arena de Sierra Helada en Benidorm, del que se extrajeron las arenas en 1991 para la regeneración, hoy está protegido.

Colectores de aguas residuales amenazados

Los dos colectores amenazados son de primera generación y su función es la de recoger aguas de lluvias y también las residuales que se generan en los chalets y las primeras urbanizaciones que se levantaron en el Cabo de la Huerta y en esa parte de la playa.

Su eventual rotura provocaría un impacto ecológico importante en la playa precisamente cuando se acerca el verano. Aguas de Alicante es la responsable del mantenimiento, pero afirma que poco puede hacer porque no tiene competencias en la franja litoral, por lo que el balón está en el tejado de la Dirección Provincial de Costas.

La playa de San Juan estaba precedida por un sistema dunar que, prácticamente, llegaba hasta el campo de golf existente en la zona, hasta que en los años 60 del siglo XX comenzara un desarrollo urbanístico feroz que acabó con dicho cordón dunar. A esto se une que los edificios de apartamentos construidos en primera línea del mar modificaron el régimen de los vientos, convirtiendo las playas en una de las más regresivas del Mediterráneo.

Jorge Olcina, geógrafo y climatólogo, recuerda que la «regeneración de 1991 se hizo para 50 años y han pasado treinta. La playa pierde arena desde el Cabo de las Huertas hacia Muchavista y en el invierno la pérdida es más intensa. Cuando el mar se calme en verano, la zona ganará un poco de arena, pero lo normal es que ya no se recupere y, hoy, es complicado plantear una regeneración de arenas como la de principios de los años 90».

Gabriel Soler, investigador del Instituto de Ecología Litoral, explica que «la solución es complicada, porque estamos hablando de una zona de la playa que sufre una gran regresión de arenas y, ahora mismo en la provincia no hay yacimientos en los que extraer arena con un grano similar”.

“Habría que hacer un estudio riguroso, porque hay que tener claro que la arena que se va a verter, normalmente de una cantera o del dragado de un puerto, se va quedar fija en la playa o se la va a llevar el mar, provocando problemas de enfangamiento y tapando, por ejemplo, la pradera de posidonia. No es fácil, pero es cierto que en ese punto de la playa hay un problema», añade.

Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, apunta: “El tema está peor de lo que yo pensaba. La playa está perdiendo arena de forma ostensible y al final va a afectar las infraestructuras y debe actuar Costas. Los temporales han hecho mucho dato y está claro que ya no hay aporte nuevo de arenas, porque ya no llegan del cauce del río Monnegre. La cosa es más complicada, insisto, de lo que parece y resulta urgente actuar».

La Dirección General de Costas del Ministerio para la Transición Ecológica ha encargado un estudio para determinar cómo regenerará el tramo de la playa de San Juan que se ha quedado sin arena.

Te puede interesar: La posidonia no es un residuo, es un escudo que protege a la playa