La reducción de las lluvias por el cambio climático y la apuesta del Gobierno por la desalación pone contra las cuerdas la mayor obra de infraestructura hidráulica de España. El presidente de los regantes, Lucas Jiménez, analiza el futuro inmediato.

El año 2020 se cierra este jueves sin que el Gobierno haya resuelto uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la agricultura del Mediterráneo, focalizados en la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería, pero también en Castilla-La Mancha, comunidad en la cabecera del río Tajo, que se opone al trasvase Tajo-Segura. Se trata de una polémica obra de ingeniería hidráulica en funcionamiento desde finales de los años 70 del siglo XX y, en teoría, condenada al cierre por el cambio climático que va a reducir las lluvias sobre el Tajo hasta un 50% a finales de este siglo. Además, figura la decisión del Gobierno de paliar este problema imponiendo el agua desalada, un caudal muy caro para el bolsillo de los agricultores y que tiene mucha cantidad de boro, perjudicial para el suelo agrícola.

De entrada, el Ministerio para la Transición Ecológica tiene decidido aumentar el caudal ecológico del río en Toledo y Aranjuez, lo que recortará ya, de entrada, en 60 hm³ la cantidad posible a trasvasar todos los años al Levante español. Lucas Jiménez, presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, implantado en Alicante, Murcia, Almería y parte de Albacete, analiza en esta entrevista la situación de un sector en el que más de 100.000 empleos dependen de agua del trasvase del Tajo.

¿Cómo han recibido en el colectivo el nuevo recorte del caudal a trasvasar en este final de año?

El Ministerio lo justifica, en parte, porque hay 82 hm³ de agua del trasvase embalsados en la cuenca del Segura. ¿Es cierto?

¿Se ve algún día con el trasvase cerrado y regando con agua desalada?

¿El aumento del caudal ecológico en el Tajo puede suponer la muerte del trasvase?

Según sus informes, la solución al trasvase está en mejorar la depuración del río en Castilla-La Mancha y Madrid. ¿Les hacen caso en el Ministerio?

¿Cómo llevan que la vicepresidenta Teresa Ribera no haya visitado nunca Murcia y Alicante para conocer en directo los problemas de los agricultores?

¿No son ustedes demasiado blandos al encajar una y otra vez los recortes en el trasvase?

¿Cuánto se juegan Alicante y Murcia si se quedaran sin el agua del Tajo?