El consorcio gasístico ruso Gazprom comenzó ayer el proceso de explotación de la primera tubería del estratégico gasoducto Nord Stream, tendido a través del mar Báltico, por el que suministrará gas natural a Alemania y otros países europeos.

Pasadas las 14.00 hora local (10.00 GMT) la estación compresora Portóvoya, junto a San Petersburgo, comenzó a bombear gas en uno de las dos tuberías del gasoducto de 1.224 kilómetros, que une de manera directa, por el fondo marino, a Rusia con la Unión Europea (UE), informaron las agencias locales. El primer ministro ruso, Vladímir Putin, con un clic de ratón en el ordenador central de la estación compresora abrió el grifo para que el gas natural comenzara a fluir hacia la tubería, que actualmente contiene nitrógeno.

El proceso de llenado del gasoducto con el combustible hasta la presión necesaria para su transporte llevará más de un mes, tras lo cual Gazprom comenzará los suministros a sus clientes europeos.

Putin destacó el carácter estratégico del nuevo gasoducto, ya que le permite a Rusia liberarse de su hasta ahora total dependencia de los países de tránsito, Ucrania y Bielorrusia, en sus suministros de gas natural a Europa.

"Ucrania (por donde transita hasta el 80% del gas que Rusia exporta a Europa) es un socio antiguo, tradicional. Y como ocurre con los países de tránsito, siempre existe la tentación de aprovecharse de esa circunstancia", dijo el primer ministro, que añadió: "Ahora esta situación de exclusividad desaparece". Según el jefe del Gobierno ruso, el volumen de gas que fluirá por el Nord Stream es comparable "con la energía que generan once centrales eléctricas nucleares".

En el plazo de un mes, el gasoducto estará listo para suministrar combustible a los clientes europeos, dijo Putin, quien aseguró ayer que el bombeo del gas ruso a Europa a través de Nord Stream empezará en noviembre, tal y como estaba programado.

Las estimaciones de los expertos rusos señalan que en los próximos diez años los países de la UE necesitarán aumentar sus importaciones de gas natural en 200.000 millones de metros cúbicos, por lo que el Nord Stream podría cubrir el 25% de este incremento.

Muy criticado por los países bálticos, Polonia y los movimientos medioambientales, el proyecto contó con el apoyo de los estados escandinavos bañados por el Báltico (Suecia, Finlandia y Dinamarca), que tuvieron que dar permiso para que el gasoducto pasara por sus aguas territoriales y de zona de influencia económica.