El Govern ha hecho el mejor chiste de la legislatura, al crear la Comisión de Análisis y de Propuesta del Sector Público Instrumental. Ni se me habría ocurrido, y se me debería haber ocurrido. Antes de eliminar uno solo de los dos centenares de entes públicos superfluos creados por el PP, hay que montar otro ente público para organizar la liquidación. Por cada empresa a desmantelar, se formalizarán tres de nuevo cuño –no olvidamos la estéril Oficina de Control Presupuestario, prevista para encargarse del adelgazamiento–, que vigilarán la puntualidad del proceso. De hecho, el nuevo ectoplasma diseñado por Bauzá tiene una denominación tan confusa que deberá crearse una Comisión para la Interpretación de la Comisión de Análisis y de Propuesta del Sector Público Instrumental. A continuación, un Observatorio. Finalmente, un Foro para la participación ciudadana. Todos ellos, con sus medios, su presupuesto y sus enchufados del PP. Y no olvidemos que la primera pregunta que se plantea a un alto cargo recién nombrado es "¿tendrás coche oficial?".

La Comisión Etcétera Etcétera no se disolverá jamás, y tampoco liquidará un solo ente del Govern. En una segunda fase preejecutora, se convocará un concurso público para redactar los estatutos de la empresa pública que servirá de plataforma a la empresa pública Tancabal –Cierrabal, para Carles Delgado–, encargada del cierre de empresas públicas. Para garantizar la equidad del proceso, se nombrará a un Defensor de la Empresa Pública Amenazada. La Oficina a su cargo se encomendará a 27 militantes del PP.

Cualquier persona que penetre para su desgracia en un ente autonómico, localizará de inmediato a los cargos que están implorando su supresión, porque la práctica del facebook se hace insoportable a partir de la tercera hora consecutiva. Sin embargo, Bauzá se lo toma con calma porque ahora, además de las pulseras, también tiene que cuidar y acicalar su barba, ímproba tarea que sólo le deja tiempo libre para seguir cerrando Televisió de Mallorca.