El derribo del chalet para gallináceas de Eugenio Hidalgo en Andratx es un triunfo de la reparación urbanística, que ha despejado el paisaje para permitir la contemplación de tres lozanas grúas –solo una de ellas corresponde al centro de salud–. Las jirafas metálicas levantarán nuevos mamotretos en la misma zona. La demolición también ha liberado hileras de adosados y el esqueleto de obras sin fuelle financiero. La locura no se detiene, el ladrillo debe continuar.

Margarita Nájera inauguró la era del esponjamiento en Illetes. Un hotel obsoleto en primera línea voló por los aires. Meses más tarde, Andrés Ferret firmó un rendido artículo en estas páginas –la política socialista destaca por su habilidad para seducir a cerebros privilegiados–, sobre la victoria ecológica que implicaba la desaparición del establecimiento. Una carta al director corrigió al columnista, indicándole que el vacío dejado por la instalación hotelera había sido sustituido por un inmenso bloque de apartamentos, más dañino para el entorno y más beneficioso para quienes vendieron los pisos. Ahí sigue, junto al desvío de Anchorage. También ese adefesio será dinamitado en su día, para construir otro más grande. Así entendemos en Mallorca el crecimiento sostenible, el mantra de la sempiterna alcaldesa de Calvià.

A propósito del urbanismo, y conectando con nuestra edición anterior, ¿dónde se están rastreando los seis millones de euros de la comisión por la venta de un solar público? En Andorra. Decíamos que en Mallorca solo se esponja para reconstruir con más bríos. El cemento es sagrado, como ha vuelto a demostrarse en la Playa de Palma. Aquí no se toca un ladrillo, y menos en vísperas electorales. La sustitución de viviendas unifamiliares por hermosos bloques tendrá que esperar.

Vayamos con el balance urbanístico del Pacto de Progreso. Entre las armas de destrucción masiva heredadas que completará la izquierda con entusiasmo, descuellan son Espases y el Palacio de Congresos. En cambio, la única iniciativa redentora propia ha fracasado, en la Playa de Palma. No olvidamos el casino de Porto Pi, otro triunfo cultural de Aina Calvo, porque Palma necesita más tragaperras y menos parques. Por cierto, qué gran ejemplo supone la participación de empresarios del juego en casetas policiales de la feria de abril. Después vienen los asaltos a bingos parroquiales.

A todo esto, los chalets ilegales de Lluc Alcari y ses Covetes siguen en pie. Hasta Michel Houellebecq escribió una novela contra el urbanismo español –La posibilidad de una isla–, pero solo ha obtenido el Goncourt cuando ha rebajado sus pretensiones estéticas para encajar en el galardón. No espere hasta la traducción de La carte et le territoire para dejar de leerlo. Hasta José Ramón Bauzá podría paladear este libro sin sufrir daños mayores. En especial, después de aguantar las imprecaciones que le dirigieron los militantes del PP en su reciente visita a sa Pobla. Por ejemplo, "lo mejor que puedes hacer es dimitir, y así nos ahorras este calvario". Por ejemplo, "no necesitamos otro Zapatero, nos basta con uno que incumple lo que promete".

Cada vez resulta más difícil hablar con un alto cargo del PP sin que aproveche para descalificar a Bauzá, ahora entendemos por qué Madrid lo tenía tan escondido. Con motivo del celebrado anuncio de la supresión del catalán –dinamitemos idiomas, ya que no nos atrevemos con los edificios–, Antoni Pastor sostenía que la arrancada anarquista de su jefe de filas se debía a los celos por la celebrada intervención del alcalde de Manacor, en el debate del estado de la autonomía. Interrogo al respecto a un destacado jerarca popular:

–Bauzá no es lo bastante inteligente para tener esa reacción.

El PP viaja desunido hacia la victoria, pero la discordia no descarta su triunfo. Cuando Bauzá anunció querellas contra jueces, policías, fiscales y bomberos, lo atribuimos simplemente a que no sabe lo que dice. Sin embargo, otro dirigente popular me asegura que su presidente amenazaba en defensa propia, por si se complican en su contra los pleitos por ahora contenciosos de las aguas de Marratxí, trufadas con los insignes linajes de Fabra o Cañellas. Pregunto a un tercer jerarca conservador por esta posibilidad disuasoria:

–Bauzá no es lo bastante inteligente para tener esa reacción.

Se culpa a los políticos de aislarse y no escuchar, pero Bauzá se hundirá por escuchar a demasiada gente. Confiemos en que le sobreviva el PP, el partido que no sabe romper con Matas.

PP y PSOE deciden en el Parlament que el gasto en publicidad de una institución no podrá exceder el cinco por ciento de su partida presupuestaria. Alivio ciudadano ante la medida de ahorro, salvo que el presupuesto de la comunidad asciende a tres mil millones de euros, el cinco por ciento se eleva a 150 millones y el gasto publicitario presupuestado este año asciende a dos millones y medio. Por tanto, la lectura correcta es que todas las instituciones pueden disparar su gasto en publicidad institucional.

Reanudo mis relaciones diplomáticas con el Reino de España, tramitando la renovación de mi DNI –lista de espera por internet, un mes y medio–. Me piden que revise los datos, y advierto que me han adjudicado "Sexo: Masculino". Estoy a punto de precisar que sería más correcto anotar "Sexo: Poco". Me contengo, los españoles no están muy dotados para las sutilezas. En la sección de pasaportes advierto que los numerosos solicitantes carecen de la mínima noción de catalán, y mucho menos de castellano. Al contrario, el funcionario te escruta suspicaz si articulas un literario "Buenos días". Nunca imaginé que fuera tan fácil ser español, dan ganas de probarlo.

Reflexión dominical canosa: "Envejecer es saber que una persona solo te besará tras un momento de vacilación"