–Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Qué tamaño tiene su ambición?"

–Tengo una ambición personal infinita. No de poseer, sino de vivir plenamente lo que me quede de existencia.

–¿Y en cuanto a ocupar nuevos cargos?

–No tengo ninguna ambición política. He disfrutado de oportunidades muy importantes, y ahora quiero devolver esa experiencia a mis conciudadanos mediante la enseñanza. Sin clases magistrales, con la conversación.

–Pues aparece usted en todas las quinielas de cambios gubernamentales.

–No creo que me lo propongan, la acción política corresponde a otra generación. Ya no estoy en la política activa, sino en la vida pública como ciudadano comprometido.

–¿Zapatero será candidato en 2012?

–No me meto, no he hablado con él de eso. Le corresponde decidir a él, valorando las circunstancias personales y políticas.

–Una revista se pregunta esta semana cuál es su trabajo actual en la Moncloa.

–Muy sencillo, voy una vez por semana para coordinar la definición en un documento de la estrategia de seguridad española, como ya hice para la Unión Europea.

–¿Hemos de mirar con miedo al Magreb?

–Los principales riesgos para la seguridad no son militares, sino que corresponden a actores no estatales –Al Qaeda, piratas somalíes– y a las catástrofes naturales.

–¿Los recortes y reformas laborales han vaciado un proyecto de izquierdas?

–Sólo si hemos definido mal en qué consiste la izquierda. Debemos hacer un esfuerzo si queremos mantener nuestra forma de vida, o de lo contrario no nos habremos dado cuenta del mundo en que vivimos, con el auge de los países emergentes.

–¿Usted sigue siendo progresista?

–Sí, porque el progresismo consiste ahora en que haya más mundólogos, que no mundanos. Somos más, con recursos finitos. Inercialmente, el ritmo actual nos obliga a disponer de dos planetas y medio como la Tierra.

–¿Cómo comparará la historia a González y Zapatero?

–El momento de González y mío es extraordinario, con una España que sale de la dictadura. Abarca los últimos años de la Guerra Fría, con la caída del Muro en 1989. Zapatero llega con un mundo radicalmente distinto, globalizado.

–¿González es consciente de ese cambio de coordenadas?

–Totalmente, y hace un ejercicio público de adaptarse a la nueva situación. Es un mundólogo.

–¿Obama tenía que destituir al general McChrystal?

–Obama ha aplicado lo que siempre ha sido una garantía en los Estados democráticos, la subordinación del poder militar al civil. En 24 horas. Y lo digo conociendo personalmente a McChrystal, un gran general.

–El reportaje que le costó el cargo demuestra la utópica victoria en Afganistán.

–La victoria, entendida como derrota de un enemigo, no es el objetivo. La intervención es un deseo de que el territorio afgano sea por primera vez un Estado, en eso se diferencia de Irak. Vencer sería permitir su desarrollo al margen del control de quienes desean impedirlo, como los talibán. Ahora bien, hacer de Afganistán una especie de Suiza es una pretensión estúpida.

–¿España ha de seguir en Afganistán?

–España tiene responsabilidades internacionales, hoy mismo en el G-20, y a mí me gusta que mi país asuma sus compromisos.

–¿Conoce usted a los famosos mercados?

–Sí, están formados por mucho codicioso sin escrúpulos, pero también por el bombero de Ohio cuya pensión está en un fondo de inversión. Lo menciono porque hablé hace un par de días con uno de ellos, y me decía que "quiero que mi dinero se utilice de la mejor forma posible".

–Siendo usted científico...

–...He sido científico, y no malo, una parte de mi vida. Soy un fruto del viento de la historia de mi país. Si hubiera vivido en otro sitio, seguiría enseñando Física en la universidad.

–Ese bagaje le permite pronunciarse con autoridad sobre la energía nuclear.

–Fue una genialidad domar lo incontrolable, la célebre ecuación de Einstein. No ha de ser la única energía, pero las centrales nucleares deben mantenerse hasta el último momento en que sean útiles.

–En la memorias de Clinton, dice de usted que es "un casi genio".

–Es una cariñosa exageración. Fui su amigo y conservo esa amistad.

–Si mañana lo hacen vicepresidente del Gobierno, ¿puedo reclamar?

–Mañana no va a pasar eso, no te preocupes.