La última aventura de Tintín pasa por los tribunales. El héroe belga creado por Hergé ha estado en la luna, en el país de los soviets o en el Tíbet, pero ningún peligro de los que ha vivido en el pasado iguala el duro trance al que ahora debe hacer frente: una acusación de racismo y propaganda colonialista.

Un tribunal belga intenta dilucidar si el cómic de Hergé, Tintín en el Congo es "de carácter racista y ofensivo hacia los negros", según denuncia Bienvenu Mbutu Mondondo, un estudiante congoleño residente en Bélgica. De modo que si la acusación prospera, 80 años después de su primera edición, este cómic podría dejar de venderse en las librerías belgas.

Mbutu acusa al famoso dibujante de mostrar una imagen infantil, no evolucionada del Congo y llena de estereotipos racistas por lo que exige la retirada de la obra. "Se retrata a los negros como niños estúpidos incapaces de sumar dos más dos y que se arrodillan ante los blancos", critica. "Tales libros no tendrían que estar a la venta en el siglo XXI". Hergé, acusado en numerosas ocasiones de antisemita o colaborador nazi, lamentó más tarde la publicación de ese álbum como un pecado de juventud. "Estaba influenciado de los prejuicios del medio burgués en el que vivía", reconoció. "Era 1930, no conocía ese país más de lo que la gente contaba", argumentó el dibujante en su día.

Para la reedición de la historia en color, que se realizó en los años 40, purgó al relato de toda referencia al entonces ´Congo belga´ y de las manifiestas descripciones del régimen colonial de esa época, e incluso quitó una escena en que Tintín utiliza dinamita para volar a un elefante. Hergé, todo un referente en el patrimonio cultural belga, se defendió señalando que el relato debe leerse como un testimonio de una época pasada. Pero para Mbutu Tintín en el Congo "hace pensar a la gente que los negros no han evolucionado".

El libro, que vio la luz en 1931, muestra a Tintín llevando un sombrero en forma de casco esférico por encima de su mítico mechón rubio. Va vestido con un traje colonial caqui, mientras se aventura entre los nativos africanos. En una escena, enseña matemáticas a unos escolares; en otra, una mujer negra le hace una reverencia llamándole "gran amo" y "gran hombre juju".

El juicio podría dañar la reputación de Hergé, apuntalando su presunto carácter racista justo un año antes de que Steven Spielberg estrene el primer largometraje dentro de una trilogía dedicada a Tintín. Los críticos de la biografía del dibujante le reprochan que durante la ocupación nazi colaborase con el diario francófono Le Soir, todavía hoy el más importante de Bélgica, aún cuando los contenidos estaban supervisados por los alemanes.

"Para muchos congoleños, este cómic trae malos recuerdos...de una época en que se los consideraba inferiores", lamentó Mbutu. Agregó que su misión era lograr que esta obra se prohíba antes que el rey visite la capital congoleña de Kinshasa, para celebrar el 50 aniversario de la independencia de la República Democrática del Congo.

Los denunciantes esperan que la Justicia belga ordene la paralización de la venta o la inclusión de una banda que alerte de la naturaleza del contenido, tal y como ya incorporan las ediciones anglófonas vendidas en Reino Unido. Si no le hacen caso, anunciaron que recurrirán al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.