"Cuánto lo siento, porque nosotros estamos en Madrid, pero vosotros estáis en Mallorca" (Javier Martí Asensio de los Madriles a María Antonia García, esposa de Francesc Fiol y miembro en calidad de tal del consejo de administración del Real Mallorca). La pomposa familia Martí Mingarro de los Madriles se ha comprado un club de Primera sin dinero. No pretendían burlarse de los mallorquinistas, sino de los mallorquines.

"Mi padre no va a poner un euro en el club, para esos mallorquines que no nos ayudan" (Martí Asensio de los Madriles a Gregorio Manzano). En esa frase hay que intercalar la palabra "putos", que hemos suprimido en un asomo de decoro. "Si he de poner dinero de mi bolsillo en el Mallorca, lo haré" (Martí Asensio de los Madriles a este diario). Para la familia Martí Mingarro de los Madriles, los mallorquines vestimos taparrabos y carecemos de la dotación intelectual de Martí Asensio de los Madriles.

"Mi hijo ha perdido dos meses de su vida en Mallorca" (Javier Martí Mingarro de los Madriles a Bartomeu Vidal, presidente del Mallorca por decisión de la reina madre Luis Martí Mingarro de los Madriles, con el que mantenía una relación paternofilial). Traducción de la frase: "El niño ha de cobrar para largarse". No son la familia Martí Mingarro de lo Madriles, sino la familia Davidson, con perdón del Paul Davidson que tanto nos hizo reír. Compran el Mallorca sin pagar, y quieren dinero.

"No hay ningún problema económico, estamos en las cosas del día a día". (Luis Martí Mingarro de los Madriles a su seguro servidor, mientras el Mallorca se hunde porque su familia incumple pagos comprometidos). Nos conocemos hace dos décadas, y en su día me detalló la operación –omitiendo el pequeño detalle de que no pensaban pagar–. Ahora me trata como si yo compartiera la inteligencia de su sobrino. No sólo ha empeñado su prestigio, también la reputación del Colegio de Abogados de Madrid cuyo decanato ocupó a perpetuidad, y de la Real Academia de Jurisprudencia a la que pertenece.

"Esto no es periodismo ni es nada, esto es una persecución. Me he dejado la salud por el Mallorca estos meses" (Martí Asensio de los Madriles a su director de Comunicación, Jordi Jiménez, al comprobar el viernes la unanimidad de la cavernícola prensa mallorquina sobre la catadura de los Martí Mingarro de los Madriles). El padre no habla, el hijo es mejor que no hable.

"Yo sólo soy el abogado, qué tienen que ver los abogados con los clientes. No entiendo esto de los periodistas con la reina madre" (Luis Martí Mingarro de los Madriles a Mateu Alemany, el pasado viernes). Los clientes son su hermano y su sobrino. El letrado subió al estrado en la presentación a los medios de la familia Davidson, y concedió dilatadas entrevistas al respecto. La operación sólo se cerró porque el académico la capitaneaba. La familia Martí Mingarro de los Madriles: padre, hijo y espíritu santo espectral.

"Hay que hablar de fútbol fútbol fútboool, ya me lo decía Tomás Roncero en el Asador Donostiarra, a quién le importan los números" (Javier Martí Asensio de los Madriles a su seguro servidor, en presencia de Jordi Jiménez). Nada más conocer a esta eminencia futbolística –el gusto es suyo– comprendí que Mallorca le importaba tanto como Kazajastán. No mira a los ojos, no sabe de qué está hablando, no paga.

"A nosotros no nos gustan las fotos porque somos académicos, a Tolito le encantan" (Luis Martí Mingarro de los Madriles a Alex Garcia, profesor de Psicología de la UIB y consejero del Mallorca por el arrastre de la reina madre). Tolito es Tomeu Vidal, que hoy habla de "estafa". El abogado garantizó la solvencia de su hermano a los consejeros mallorquines. El club iba a servir "para que el niño se centre". El juguete.

"¿Cuál es vuestro proyecto social para el Mallorca?" (Mateu Alemany a los Martí Mingarro de los Madriles, en los sondeos preliminares sobre la venta del Mallorca) Carraspeos, gárgaras, titubeos, de la pregunta sólo entendían las letras. El nombre de Luis Martí Mingarro desatascó la operación. nadie imaginaba su participación en un apaño sin dinero.

"Me tiene que llamar Ana Patricia" (Martí Asensio de los Madriles, el jueves). El nombre completo sería Ana Patricia Botín, presidenta de Banesto, aunque hubiera sido más práctico encomendarse a la bonoloto. El pasado miércoles, el sucedáneo de Tom Hanks con flequillo anunció que abandonaba el Mallorca. A la mañana siguiente, empleó el lenguaje testicular para anunciar que él arreglaba esto en dos patadas, y postergaba la reunión con Alemany hasta después del incumplimiento de un nuevo pago de medio millón de euros. Muy propio.

"Me van a colgar en la Plaza Mayor, al lado de Mateu Alemany" (Tomeu Vidal a Javier Martí Mingarro de los Madriles, el especialista en hundir clubes de fútbol, ya sea Lorca o Mal-Lorca). ¿Respuesta del "académico" que no paga? "Qué gracia tienes, Tomeu, cómo eres". Y buscó unos abalorios para regalarle. Como bien le dijo Luis Martí Mingarro a un empresario mallorquín que no entiende su comportamiento en la historia de la familia Davidson, "esto no saldrá de la prensa de Palma". Quizás. "No entiendo para qué compraron el club. Llevo dos meses de sobresalto en sobresalto. El tío se ha desmarcado y me han puesto a los pies de los caballos. Les he dicho que abandonen y no vuelvan nunca a Mallorca" (Alemany a su seguro servidor, el viernes). "Me han engañado, y da un poco de vergüenza reconocerlo. Espero que el miércoles dimitamos." (El profesor Alex Garcia a su seguro servidor). Es una perfecta síntesis del ánimo colectivo ante la familia Davidson de los Madriles.

Reflexión dominical convergente: "La indignación y la indignidad acostumbran a concurrir en las mismas personas".