"Se ha hundido toda nuestra vida" afirmó ayer triste y desolada Nicole Legler, propietaria junto el armador Gerald Delgado del Thopaga, un pailebote de fusta de dos palos que se hundió alrededor de las tres de la madrugada del martes a cuarenta millas de la costa atlántica francesa.

El velero, una de las últimas joyas del patrimonio marítimo balear, se dirigía desde Vigo a las fiestas marítimas de Brest 2008. Y navegaba a una velocidad de nueve nudos cuando, según Legler, colisionó de repente contra el escollo flotante que le causó en el casco la vía de agua fatal.

La propietaria del barco y los otros ocho componentes de la tripulación tuvieron que saltar a una balsa, de la que fueron rescatados por un helicóptero. Los navegantes avisaron al Centro Operacional de Socorro y Salvamento y también una embarcación de la línea Britany Ferries se desvió a la zona para colaborar con las tareas de rescate. Aunque inevitablemente, el velero se hundió, tras el rescate de los tripulantes.

Nicole Legler y Gerald Delgado adquirieron el Thopaga hace treinta años y tenían su puerto base en Eivissa. El Ayuntamiento de Vila pretendía declarar la embarcación bien catalogado.

El pailebote fue construido en Águilas (Murcia) en 1924 con el nombre de Tres Hermanos, por encargo de la casa armadora Navarro Hermanos de Almería. Y tuvo en su tiempo un coste de noventa y cinco mil pesetas.

Después, fue comprado en 1930 por la Naviera Mallorquina, que le puso el nombre de Cala Tuent, y lo destinó al transporte de naranjas. Más tarde fue adquirido por la familia Matutes de Eivissa, que lo empleó para abastecimiento de material de construcción.

Actualmente el Thopaga, era alquilado por empresas o particulares para viajes y también como barco-escuela para estudiar la posidonia de Eivissa y Formentera.

El pintor de Felanitx Miquel Barceló, aficionado al buceo, navegó a bordo de esta embarcación, que sirvió también para transportar personalidades al campo de regatas en la Copa América.

La organización de Brest 2008 afirmó que el naufragio del Thopaga es una pérdida inestimable para el patrimonio marítimo europeo.

De momento Nicole Legler y Gerald Delgado, que ven casi imposible la recuperación del Thopaga, continuarán en el festival de Brest, ya que tienen un contrato con su otro barco, el Cala Millor, un bergantín de 1942.