Si un Govern balear de cualquier signo creara una conselleria de Igualdad, se dedicaría exclusivamente a construir edificios femeninos. Atendiendo a esta lógica inviolable de albañilería política, el departamento de Medio Ambiente ha colocado bloques de hormigón en el fondo del mar de Cabrera. Aunque cualquier excusa les hubiera servido, han elegido la coartada de anclar unos ridículos carteles submarinos para bañistas, también contaminantes. Solicitamos que el conseller Grimalt se autoimponga una multa por destrozos, y otra por realizar obra menor sin licencia.

Discutimos los aspectos medioambientales de la destructiva empresa, no su indispensable formato educativo. Uno de los carteles está ilustrado con una estrella de mar, por si a algún bañista se le ocurre confundirla con un pulpo -que figura en otro de los pósters, para evitar el error inverso-. Dado que la conselleria en cuestión es propiedad de UM, se echa en falta un retrato escamoso de Maria Antónia Munar, la sirena que siempre sale a flote. Cemento llama a cemento, por lo que pronto se habilitará un botiquín submarino sobre bloques de hormigón, para los bañistas que sean agredidos por una estrella de mar. Más adelante vendrá un bar subacuático, donde se servirá pulpo de Cabrera a la gallega. Todo ello con las oportunas concesiones, porque detrás de estos proyectos siempre hay ingeniosos especialistas en la subvención.

Ojalá se abatan sobre los autores de esta idea contaminante las maldiciones de Franz Schätzing en El quinto día, y así les recomiendo de paso el mejor libro de mil páginas para estas vacaciones. La cartelería, a los museos, donde no ensucia porque nadie pierde el tiempo en ellos. En cuanto aprendamos a protegernos de los constructores, tendremos que desarrollar un spray antiecologista, contra el segundo colectivo más pernicioso de la tierra. En cuanto a mí, lo mejor que puedo hacer por Cabrera es no visitarla. Contribuyo así a mantenerla virgen, y dejo más espacio para los familiares de ecologistas o de reyes, que no necesitan solicitar permisos para fondear en ella.