-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿En qué ha de concentrarse Rudy, que parece capaz de hacerlo todo?"

-Debe madurar y mantener el ritmo, no todo han de ser mates. No le quiero criticar, pobre hombre, pero no puede aparecer y desaparecer en los partidos, anotar quince puntos en un cuarto y ninguno en el siguiente. Lo veo como un camaleón, hace lo que quiere cuando quiere.

-¿A qué edad le ganó Rudy su primer uno contra uno?

-Cuando empezó a volar, hace tres años. El tenía 17, y por cuerpo y cualidades se me hacía imposible pararle.

-¿Cuándo se dio cuenta de que era padre de un fenómeno?

-Siempre tuvo andares. En minibasket, la selección de Balears ganó por vez primera en la historia a Madrid -cuyos jugadores están hoy en la ACB-. Rudy marcó 30 puntos, y tenía 10 años. Por entonces ya la machacaba, algo inusitado en esa categoría.

-Como buen padre, prefiere a Marta.

-Personalmente, las niñas suelen ser más agradecidas y sencillas. Como jugadores, les pondría un nueve a ambos, pero con algo más para ella. Rudy todavía no ha conseguido lo que Marta.

-Y ahora resulta que le piden autógrafos a usted.

-Juego con los veteranos del Joventut, y los niños me reconocen como "el padre de Rudy". Llevo fotos de él, y las reparto. Es muy mediático, no sé por qué. La espoleta fue su mate en la Copa del Rey.

-Un jugador con padre es una pesadilla.

-En mi caso se complica porque tengo el título de entrenador y porque soy muy crítico. Normalmente, todos alaban a mis hijos, por lo que a mí me toca motivarles para que no se relajen. Después de ganar la final de Copa y ser proclamada la jugadora más valiosa, Marta consiguió 42 puntos en el partido siguiente. "¿Qué tal?", me preguntó. "Has fallado tres tiros libres", le contesté. Mi misión es poner la guindilla.

-Ambos han sido olímpicos, ¿también ingresarán ambos en la NBA?

-Marta seguro que sí, este año sólo lo han impedido los problemas de calendario. A Rudy le gustaría, pero antes ha de conseguir algo aquí. No ha de quedarse en humo, pero acabará en la NBA.

-Su hijo gana en un año lo mismo que usted en una década.

-Seguramente más, pero algún jugador mediocre de fútbol gana más que Rudy, que se lo ha currado desde niño. Es una cuestión que no te desborda, la vas viendo llegar.

-Aito quiere a Rudy liderando el Joventut, sin despistarse con la NBA.

-Todo el mundo arrima las ascuas a su brasero. Aito quiere a los jugadores al cien por cien, pero ya se le fue Gasol. Rudy es el primer interesado en liderar al Joventut, porque todos saldrán beneficiados. Lo hemos hablado, y lo tuvo clarísimo.

-¿Qué pasa si su hija me gusta más que Rudy?

-Hay gente que me lo dice. Marta es más constante, se equivoca poco y explota sus cualidades. Rudy es imprevisible, de los primeros en mates, capaz de meter diez de once triples un día, y de dar doce asistencias otro. Si lo hiciera todo en un mismo partido... Esta temporada ha defendido a grandes jugadores, y los ha sacado de sus casillas.

-Encima, Rudy pudo ser futbolista.

-En baloncesto no le dejaban federarse hasta los nueve años, así que se apuntó al Sant Francesc de fútbol. Hicieron campeones, y Rudy fue el pichichi. Lo quiso el Mallorca, pero él tenía claras sus preferencias.

-¿Se irrita usted tanto de espectador como lo hizo de jugador?

-Soy muy exigente. Si pueden dar el diez, considero un fallo que se queden en el siete. Para dorarles la píldora ya están otros.

-Ya que juegan en ambas, ¿selección catalana o española?

-Las dos, si son compatibles. Y con la que juegue el Campeonato del Mundo.

-Rudy es más mallorquín que Marta, también de carácter.

-Eso, de todas todas.

-¿El sector más deficiente del baloncesto son los entrenadores?

-Sí, hay más buenos equipos que buenos entrenadores.

-¿Qué lema le ha inculcado a sus hijos?

-Que disfruten jugando, y lo hacen. Marta cambió de equipo por eso aunque, conforme escalan peldaños, cada vez les cuesta más disfrutar.

-O sea que en la educación de los hijos hay que ser un dictador.

-Creo en los valores. A los hijos hay que ponerles las cosas como son, sin forzarles a nada y ayudándoles cuando tienen dudas. El Real Mallorca dijo que yo obligaba a Rudy a jugar a baloncesto, y es mentira. A Marta le di un empujón cuando no estaba segura, y hoy lo agradece.