Desde que Cristina Alberdi abandonara la derecha civilizada del PSOE para pasarse a la extrema derecha de Esperanza Aguirre no ha dejado de hacer pintorescas declaraciones ni de protagonizar curiosos incidentes que, más que en un sector claramente ideológico, la colocan en esa franja sociocultural situada entre el pijerío de la calle Serrano y las buenas maneras de las Carmelitas Descalzas. El destinatario de su última acción guerrillera al servicio de la reacción ha sido el presidente de Iberia, al que ha enviado un escrito muy formal quejándose de que en un vuelo que realizaba junto a una amiguita no había cava para las dos. A Cristina le pareció un fallo tan grande, quizá un fallo tan de izquierdas, que nada más llegar a su despacho pidió recado de escribir y dictó a sus secretarias una carta de siete párrafos, siete, quejándose de la aquella insufrible falta de atención.

Imagínese usted que vuela de Madrid a Valencia, que pide una cerveza y que la azafata, con toda corrección, le comunica que se le han acabado las cervezas. Acto seguido, le ofrece otras bebidas y al final llegan a un acuerdo amigable. Ahora imagínese que al día siguiente de ese suceso mínimo llega usted a la oficina y en vez de mirar los papeles y revisar las llamadas, se pone a redactar una carta dirigida al presidente de Iberia para hacerle saber en siete párrafos, siete, algunos de más de cinco líneas, que en el vuelo tal de tal hora entre Madrid y Valencia se agotaron las cervezas. Sólo cabe suponer o bien que usted no tiene nada que hacer en esa oficina, o bien que usted está completamente loco. No quiero aventurar que esté usted bebido a esas horas de la mañana, aunque ello explicaría el rencor inamovible que le dejó la escasez de alcohol a bordo.

Cristina Alberdi no pidió cerveza, pidió cava, lo que añade al suceso ese toque entre sociológico y político de derecha monjil al que aludíamos en nuestro primer párrafo. Hay biografías que habiendo comenzado en la nada se despeñan hacia la más absoluta de las miserias en busca de unas migajas de poder, de popularidad, de reconocimiento, de alcohol. Acabaremos viendo a esta mujer en Salsa Rosa, tiempo al tiempo.