La declaración de la Serra de Tramuntana como Patrimonio Mundial podría incrementar el número de visitas a la cordillera en un 20 por ciento, si se cumplen las expectativas de la Unesco. Sus cuyos datos históricos revelan que los bienes incluidos en sus diferentes categorías patrimoniales han experimentado este crecimiento en el número de visitantes poco después de la declaración.

El plan de gestión –que deberá poner en marcha el consorcio encargado de gestionar las actuaciones incluidas en el proyecto de patrimonio mundial– es consciente de la mayor presión humana que soportará la Serra, debido al impacto social que supondrá en los próximos meses la declaración por parte de la Unesco. El plan admite que este aumento de visitantes "sería significativo", pero precisa que "no amenazaría el entorno ni el patrimonio de la Serra de Tramuntana".

La previsión de crecimiento de visitas a la Serra contrasta con la voluntad del consorcio de mantener la cifra de visitantes "en un número óptimo" que garantice "capacidad para aportar riqueza y desarrollo económico a la región sin perjudicar su riqueza paisajística, cultural y natural".

Por ello, el plan de gestión considera que potenciar el turismo cultural y el senderismo son "aspectos claves" que hace falta desarrollar para beneficiar el modelo económico propuesto para la cordillera mallorquina.

Uno de los principales objetivos del consorcio que supervisará la hoja de ruta prevista para la Serra es el de "promover un uso recreativo respetuoso con el entorno, que tenga en cuenta la capacidad de carga del territorio y la diversidad de usos y que promueva la implicación de la propiedad".

Esta propuesta incluye la reducción del tránsito rodado y de las concentraciones de vehículos en determinados lugares de la cordillera, además de aplicar un "mejor control y diseminación" de los visitantes en torno a los elementos del paisaje cultural.

Aparcamientos y transporte

El programa de gestión de la Serra propone medios para la recepción de los visitantes y la interpretación de los valores del paisaje cultural que "favorezcan la atomización y redistribución de los visitantes". Por ello, se contempla la creación de nuevos aparcamientos para disuadir a los visitantes de usar el transporte privado en la montaña y el fortalecimiento del transporte público a través de una red de microbuses. La idea es "evitar la masificación de determinados enclaves, proteger los valores del paisaje cultural y garantizar la calidad de la experiencia".

Otro eje importante de la gestión de los visitantes consiste en la mejora y el aumento de los miradores y las rutas de senderismo, lo que "puede contribuir a un mayor reparto de visitantes y a conservar los valores de la Serra".

Uno de los objetivos prioritarios del plan de gestión aprobado por la Unesco el pasado lunes es el estudio de la capacidad de carga de los lugares más masificados de la montaña mallorquina para establecer regulaciones de visitantes que llegan mediante transporte motorizado.