Las esperanzas que el sector turístico tenía de que 2010 fuera el año de la recuperación se están diluyendo. Los datos facilitados ayer por el ministerio de Industria reflejan que Balears está protagonizando la mayor caída en el gasto de los visitantes de toda España. Aunque este departamento achaca en buena medida el pésimo balance de abril a los problemas que generó durante algo más de una semana la nube volcánica, desde el sector se admite que los malos resultados van más allá y se explican también porque las esperadas ventas de última hora para viajar al archipiélago no se están produciendo.

Según la encuesta de gasto de los turistas extranjeros realizada por el Ministerio, las islas ingresaron en abril por este concepto 391 millones de euros, lo que supone un descenso del 20% respecto al mismo mes de 2009, un recorte sin parangón en ninguna otra zona turística. Basta señalar que Andalucía bajó un 11,1%, Madrid un 13,9%, Canarias un 7,9% y la Comunidad Valenciana un 10%. Este recorte supone que las Balears ha dejado de ingresar durante ese mes alrededor de 159,7 millones de euros.

Desde el ministerio de Industria se justifica estos descensos por "la disminución del número de turistas que ocasionó la sobrevenida situación provocada por la nube de cenizas del volcán islandés en el espacio aéreo europeo".

Pero los representantes del sector hotelero balear advierten que el problema es mucho más profundo. Los presidentes de la federación hotelera de Mallorca y de la asociación de cadenas de las islas, Antoni Horrach y Aurelio Vázquez respectivamente, coinciden en que la nube volcánica provocó un recorte en las visitas, pero se señala que el núcleo del problema está en que las esperadas ventas de última hora no se están produciendo, reforzando el fenómeno de los últimos años de temporadas cada vez más cortas y con una mayor dependencia de los resultados de julio, agosto y septiembre.

Y prueba de ello es que si se analiza el gasto turístico de los cuatro primeros meses de este año, el descenso acumulado en el archipiélago es del 20,6%, cuando en el conjunto del país esta bajada se limita a un 2,2%. Este dato supone que las islas han ingresado en esos cuatro meses por el gasto del turismo extranjero la cantidad de 912 millones de euros, es decir, 236,6 millones menos que en el mismo periodo de 2009.

Antoni Horrach y Aurelio Vázquez no ocultan la enorme preocupación existente en el sector, ya que si bien no se pierde la esperanza de que el balance final del año sea ligeramente mejor que el del pasado ejercicio, se descarta ya que 2010 vaya a marcar la esperada recuperación.

El problema es múltiple. No sólo las ventas no están siendo las previstas, sino que además las ofertas que se han puesto en el mercado para atraer a más visitantes hacen que los que llegan tengan un menor poder adquisitivo, según están comprobando los propios hoteleros ante el recorte que se está dando en los gastos extras que los clientes realizan dentro del establecimiento.

Pero este fenómeno está teniendo un efecto dominó sobre otros sectores de la economía balear. Y prueba de ello es que el comercio de las islas está protagonizando la mayor caída en las ventas de toda España.

La crisis del comercio

También el Instituto Nacional de Estadística hizo público ayer su último informe sobre la actividad del comercio minorista, con el resultado de que los establecimientos de Balears –una vez excluidas las gasolineras– registraron el pasado mes de abril un descenso internanual del 3,8%, lo que supone el recorte más acentuado de toda España, mientras que la media de los primeros cuatro meses de 2010 sitúa la bajada en un 2,5%, cuando en el conjunto de España se registra un ligerísimo repunte al alza del 0,2%.

El presidente de la patronal Pimeco, Bernat Coll, y el vicepresidente de Afedeco, Pedro Mesquida, confirman que el pasado mes fue uno de los peores abriles que el sector recuerda. Según Mesquida, el problema que el sector registraba meses atrás, con un recorte en la demanda de las familias isleñas, se ha visto agravado porque la llegada de clientes extranjeros no se está produciendo.

Bernat Coll añade que muchos establecimientos se están viendo obligados a aplicar descuentos en los precios de algunos productos en un intento de reactivar las ventas, aunque apunta que en su opinión eso sólo sirve para dañar aún más la cuenta de resultados. Igualmente, se están diseñando algunas estrategias de cara al verano, como la posibilidad de instalar tenderetes en las calles un día a la semana para acercar el producto al cliente o prolongar los horarios de apertura.