Astrobiología

El silencio cósmico da pistas de cómo buscar vida extraterrestre

Debemos seguir en el empeño porque las posibilidades de detectar señales en los próximos sesenta años son escasas

Podría haber huellas tecnológicas de otras civilizaciones que no estamos captando.

Podría haber huellas tecnológicas de otras civilizaciones que no estamos captando. / David Menidrey en Unsplash.

Jan Overney/EPFL/T21

La búsqueda de señales de radio de civilizaciones extraterrestres aún no ha arrojado evidencia de actividad tecnológica alienígena. Una investigación realizada en EPFL sugiere que continuemos buscando mientras optimizamos el uso de los recursos disponibles.

Durante más de sesenta años, astrónomos aficionados y profesionales han estado monitoreando el cielo buscando inteligencia extraterrestre (SETI). Hasta ahora, en vano. Pero ¿cómo debemos leer la ausencia de señales de radio alienígenas? ¿Es hora de que dejemos de buscar? ¿O deberíamos esforzarnos más y mirar más detenidamente, mirando cada vez más profundamente en nuestra galaxia?

Un análisis estadístico del silencio de sesenta años sugiere una explicación simple y optimista e insta a la comunidad SETI a continuar buscando, pero a ser pacientes, ya que las posibilidades de detectar señales en los próximos sesenta años son escasas.

Optimistas y pesimistas

Las explicaciones predominantes para la ausencia de señales electromagnéticas de sociedades extraterrestres se dividen en dos categorías extremas, dice Claudio Grimaldi del Laboratorio de Biofísica Estadística de la EPFL.

El campo “optimista” sostiene que hemos estado usando detectores que no son lo suficientemente sensibles, o que no detectan las señales entrantes porque hemos estado apuntando nuestros radiotelescopios en la dirección equivocada.

El campo "pesimista", por otro lado, interpreta el silencio como una indicación de la ausencia de vida extraterrestre en nuestra galaxia.

Según el estudio de Grimaldi, publicado en Astronomical Journal, existe una tercera explicación. “Solo hemos estado buscando durante 60 años. La Tierra podría estar en una burbuja que simplemente carece de ondas de radio emitidas por vida extraterrestre”, dice.

Modelando la Vía Láctea como una esponja

El estudio de Grimaldi se basa en un modelo estadístico desarrollado inicialmente para modelar materiales porosos como esponjas, que él ve como una analogía adecuada para la pregunta en cuestión: "Puedes imaginar que la materia sólida de la esponja representa las señales electromagnéticas que irradian esféricamente desde un planeta que alberga vida extraterrestre en el espacio”.

En esta analogía, los agujeros de la esponja, sus poros, representarían las regiones donde esas señales electromagnéticas están ausentes porque no llegan a penetrarlos.

Al reutilizar herramientas matemáticas para estudiar materiales porosos y usar estadísticas bayesianas, Grimaldi pudo sacar conclusiones cuantitativas de los sesenta años de silencio observado.

Sus hallazgos están condicionados a la suposición de que ha habido en algún momento en nuestra galaxia al menos una señal electromagnética de origen tecnológico y que la Tierra ha estado en una burbuja silenciosa, o un "poro", durante al menos 60 años, que le ha impedido percibirla.

Cinco señales por siglo

“Si es cierto que hemos estado en una región vacía del universo durante sesenta años, nuestro modelo sugiere que hay al menos de una a cinco emisiones electromagnéticas por siglo en cualquier parte de nuestra galaxia. Esto las haría tan raras como las supernovas en la Vía Láctea”, dice Grimaldi.

En el escenario más optimista, tendríamos que esperar más de 60 años para que una de estas señales llegue a nuestro planeta. En el escenario menos optimista, tardaría alrededor de 2.000 años.

Si detectamos las señales cuando se cruzan en nuestro camino es otra cuestión. En cualquier caso, nuestros radiotelescopios tendrían que apuntar en la dirección correcta para verlos.

Mejores prácticas para seguir buscando

La búsqueda de inteligencia extraterrestre actualmente está viento en popa, impulsada por el descubrimiento, hace unos 20 años, de los primeros planetas más allá de nuestro sistema solar.

Hoy en día, los investigadores asumen que podría haber hasta 10 mil millones de planetas similares a la Tierra: rocosos, del tamaño adecuado y ubicados a la distancia adecuada del sol para albergar vida. Su gran número aumenta la probabilidad de que se haya desarrollado vida tecnológica en uno de ellos.

Esto ha llevado a nuevas iniciativas en toda la comunidad SETI. El proyecto de financiación privada "Breakthrough Listen", el más grande de su tipo, ha destinado cerca de 100 millones de dólares a buscar tecnoseñales de civilizaciones extraterrestres. Como esta iniciativa finaliza dentro de dos años, Grimaldi dice que es un buen momento para pensar en cómo continuar con la búsqueda de inteligencia extraterrestre en el futuro.

¿Dónde buscar?

“El sueño de la comunidad SETI es buscar señales todo el tiempo, en todo el cielo. Incluso los telescopios más grandes de la actualidad solo pueden ver una pequeña fracción del cielo. Hoy en día, existen conjuntos de telescopios, como el Allen Telescope Array (ATA) en California, que apuntan en diferentes direcciones y pueden dirigirse a regiones específicas para obtener información más detallada cuando sea necesario. Lo mismo es cierto para los telescopios ópticos”.

“Pero”, dice Grimaldi, “la verdad es que no sabemos dónde buscar, en qué frecuencias y longitudes de onda. Actualmente estamos observando otros fenómenos usando nuestros telescopios, por lo que la mejor estrategia podría ser adoptar el enfoque anterior de la comunidad SETI de usar datos de otros estudios astrofísicos (detectar emisiones de radio de otras estrellas o galaxias) para ver si contienen alguna señal tecnológica, y hacer de eso la práctica estándar”.

¿Ineficaz o simplemente desafortunado?

Cuando se le preguntó si considera que sus conclusiones son alentadoras o desalentadoras, Grimaldi bromeó y dijo: “Esto es algo en lo que debemos pensar. Es posible que hayamos tenido la mala suerte de descubrir cómo usar los radiotelescopios justo cuando atravesábamos una parte del espacio en la que las señales electromagnéticas de otras civilizaciones estaban ausentes. Para mí, esta hipótesis parece menos extrema que asumir que estamos constantemente bombardeados por señales de todos lados pero que, por alguna razón, somos incapaces de detectarlas”.

Referencia

Inferring the Rate of Technosignatures from 60 yr of Nondetection. Claudio Grimaldi et al. 2023 April 13. The Astronomical Journal, Volume 165, Number 5. DOI 10.3847/1538-3881/acc327